20/01/2021
Impacto de género de la Covid-19: la “Shecession”- Recomendaciones para superar un recesión muy feminizada.
El objeto de esta entrada es hacer una breve reseña del estudio titulado “The gendered impact of the COVID-19 crisis and post-crisis period”.
Este estudio en inglés titulado “The gendered impact of the COVID-19 crisis and post-crisis period” (El impacto de género de la crisis de la COVID-19 y del período post-crisis),está editado por el Parlamento Europeo. Su autora es Clare Wenham, del Departamento de Políticas de Salud, de la London School of Economics and Political Science (LSE), Londres, Reino Unido.
El documento es de interés por mostrar las consecuencias que está teniendo la crisis de la Covid-19 en las mujeres, y muy especialmente en las mujeres trabajadoras de sectores económicos duramente castigados por la pandemia, pero también, recomiendo la lectura del documento porque hace una serie de recomendaciones de interés para los poderes públicos a la hora de legislar y adoptar políticas públicas para evitar o reducir el impacto perjudicial en perspectiva de género que tendrá el período post-Covid-19, entre otras, y de manera especial, las relacionadas con el mercado de trabajo.
El informe se estructura en un sumario ejecutivo, al que siguen diversos 8 capítulos sobre Género y Covid-19; Datos desagregados por sexo; Trabajadores del sector sanitario; carga de los cuidados; violencia doméstica; distorsión de los servicios de salud; impacto económico y conclusiones. Con esa referencia, el objetivo de esta reseña es expresar las principales ideas que aparecen principalmente en su Sumario ejecutivo, donde, por cierto, aparecen sintetizadas las recomendaciones que hace el informe. En todo caso, en algunos temas como la influencia que ha tenido la COVID-19 en el ámbito económico y migratorio, ampliaré algo el contenido de esta reseña con ideas que no están en el sumario, sino que están incluidas en el propio texto. Mi objetivo con este entrada es únicamente dar a conocer al público mas extenso posible las ideas principales del estudio traduciendolas al español.
La primera cuestión a subrayar del informe es su afirmación de que el impacto de carácter socioeconómico que está teniendo la Covid-19 está recayendo de manera desproporcionada en las mujeres. Más allá de este efecto de género, el estudio también señala que sus resultados se cruzan con otros factores de vulnerabilidad, que son especialmente agudos para los grupos étnicos minoritarios, asiáticos y negros, así como para las comunidades LGBTIQ. Estos importantes efectos de la Covid-19 no se deben al patógeno en sí, sino que son consecuencia de las intervenciones y políticas de salud pública introducidas por los gobiernos para minimizar la propagación del coronavirus SARS-CoV-2.
Según el informe, dichas afectaciones por género se han producido en diversos ámbitos:
En primer lugar, debido a que las mujeres constituyen el 76% de trabajadores sanitarios en la UE, ellas han estado en primera línea del frente de batalla combatiendo la pandemia de COVID-19, brindando atención a los infectados. Ello ha supuesto que las infecciones se hayan producido principalmente entre las mujeres. El informe dice además que las mujeres no solo constituyen la mayor parte de la fuerza laboral de atención médica, sino que también comprenden gran parte del sector de cuidados en general, incluido el de ancianos, el trabajo social, el cuidado de discapacitados, de niños, la asistencia doméstica y de limpieza. Cada uno de estos trabajos tiene una mayor exposición a la infección con COVID19 debido al contacto proximal prolongado con personas a diario.
En este sentido, el estudio hace varias recomendaciones:
1ª Recomendación: Se debe reconocer la naturaleza de género de la fuerza laboral de la salud y mitigar los riesgos adicionales para las mujeres que desempeñan estos roles mediante el acceso a Equipo de Protección Individual (EPIs) y seguridad financiera y personal para que puedan realizar su trabajo de manera segura.
2ª Recomendación: Invertir en una economía basada en el cuidado para estimular el empleo y garantizar la continuidad de estos servicios esenciales.
En segundo lugar, el informe dice que las mujeres no solo han ocupado un rol importante como trabajadoras en el sector de la salud, sino que también han absorbido la mayor parte de la atención informal y no remunerada en la pandemia de COVID-19. Recuerda el estudio que a medida que se establecieron las órdenes de confinamiento y se cerraron las escuelas o guarderías, aumentaba el tiempo dedicado a las tareas domésticas. Ello ha derivado en que algunas mujeres hayan debido tomar una licencia no remunerada del empleo remunerado o una reducción drástica de las horas de trabajo. En otros casos, han cambiado significativamente sus patrones de trabajo para poder adaptarse a múltiples demandas remuneradas y no remuneradas, sobre todo en los hogares monoparentales, la mayoría de los cuales son mujeres. Según el informe que se reseña, este cambio en las situaciones o prácticas laborales tiene un impacto significativo en las finanzas familiares. Se expresa en el estudio que existe la preocupación de que la seguridad laboral pueda convertirse en un problema cada vez mayor en el período post- pandémico si la realidad de muchas mujeres, que necesitan cuidar a sus hijos y reducir así su carga de trabajo, es leída por los empleadores como si su trabajo no es “esencial". De hecho, dado que se esperan recortes de empleo y recesión en todos los estados de la UE, esto podría poner a las mujeres en mayor riesgo de despido y desempleo que sus homólogos masculinos que han continuado trabajando durante el cierre. Por otra parte, el papel de cuidado informal de las mujeres durante el COVID-19 también está produciendo efectos significativos en la salud mental de las mujeres, con un aumento de la ansiedad y la preocupación por su familia y bienestar, y sobre sus finanzas.
3ª Recomendación: Los empleadores deben reconocer la distribución del trabajo doméstico dentro de los hogares y cómo esto afecta el empleo remunerado. La protección contra los despidos debido a las responsabilidades del cuidado de los niños debería ser obligatoria.
4ª Recomendación: Dado que el trabajo a domicilio y el confinamiento relacionados con COVID-19 pueden continuar durante varios meses, se debe proporcionar a las familias protección social y financiera, como prestaciones por hijos o licencias parentales remuneradas.
5ª Recomendación: los datos sobre despidos y pérdidas de empleo deben desglosarse por sexo.
En tercer lugar, el informe señala que la violencia doméstica está siendo un problema significativo durante las medidas de confinamiento derivadas de la Covid-19. El informe dice que la violencia doméstica es notoriamente difícil de medir y se ha expresado la preocupación de que las medidas de confinamiento también limitan la capacidad de las mujeres para denunciar la violencia doméstica.
6ª Recomendación: los gobiernos deben buscar activamente reducir los riesgos para las mujeres en sus propios hogares a través de mayores mecanismos para denunciar la violencia doméstica, la creación de espacios seguros subsidiados para las mujeres que deseen abandonar sus hogares y una mayor vigilancia e intervención para quienes denuncian a través del uso de líneas telefónicas directas.
En cuarto lugar, señala el Informe que la Covid-19 supone una distorsión de los sistemas de salud a medida que los diversos recursos sanitarios se desvían para gestionar la crisis en cuestión, lo que tiene consecuencias para las mujeres, particularmente en su acceso a servicios seguros de salud sexual y reproductiva. En este ámbito, el informe expresa la probabilidad de que las mujeres no accedan a la atención prenatal y posnatal, o que esta atención se haya trasladado a la entrega en línea o por teléfono. También existe preocupación por el aumento de la ansiedad entre las madres si no pueden tener controles en persona del bebé y/o no se les permite tener un compañero con ellas en las clínicas. A su vez, el acceso a la anticoncepción se ha interrumpido debido a Covid-19, así como también los servicios de aborto también están en riesgo por dicho coronaviurs. Expresa el informe que el aborto es una necesidad de salud sensible al tiempo, y si el acceso de las mujeres es limitado, ya sea porque el servicio se considera "no esencial" o porque el suministro se reduce a medida que los recursos se transfieren a Covid19, esto corre el riesgo de que las mujeres busquen un aborto inseguro en otro lugar y representen un peligro para sus vidas.
7ª Recomendación: los servicios de salud sexual y reproductiva de calidad deben mantenerse durante todo el período pandémico y posterior a la pandemia. Para facilitar el acceso, la anticoncepción debe estar disponible gratuitamente en farmacias y supermercados.
8ª Recomendación: Los servicios prenatales y posnatales deben mantenerse presencialmente, o en persona, para quienes los necesiten. La provisión podría trasladarse de entornos clínicos a entornos comunitarios para reducir los riesgos de infección y / o las percepciones de riesgo de infección.
9ª Recomendación: Se debe facilitar el acceso al aborto mediante la telemedicina y la reducción de los períodos de espera obligatorios para los procedimientos.
En quinto lugar, el informe vaticina que el empoderamiento económico de las mujeres probablemente seguirá viéndose afectado de manera significativa en los próximos meses y años debido a los efectos de las actuaciones frente a la COVID-19.
En el texto del informe se recoge como a nivel micro, las responsabilidades de cuidado que está suponiendo esta crisis van a significar que las mujeres se vean obligadas a reducir las horas de trabajo (o a perder sus trabajos) con la consiguiente pérdida de ingresos y el riesgo de inseguridad económica y pobreza para algunas familias. Si la recesión se intensifica y afecta a ambos padres, se agravará el problema. Además, debido al trabajo a tiempo parcial o flexible, las mujeres corren un mayor riesgo de recortes de empleo en el futuro. A nivel macro, el informe señala que las industrias que se han visto más afectadas por COVID-19 están fuertemente feminizadas: hostelería, turismo, cuidado de niños, educación y atención médica.
De interés resulta a mi modo la afirmación de que las mujeres migrantes representan una parte significativa de las mujeres empleadas en estos sectores y deben ser consideradas plenamente en las políticas desarrolladas para responder a esta crisis y a futuras. El informe dice que, de forma tradicional estos puestos de migrantes no han podido ser ocupados por nacionales y están mal pagados, con menos regulaciones laborales que en otras partes de la economía. Durante el COVID-19, esta mano de obra "invisible" se ha vuelto cada vez más visible, no solo a través del reconocimiento del valor de los sectores del cuidado y el "aplauso a los cuidadores" en toda Europa, sino que las comunidades invisibles de migrantes se han vuelto cada vez más visibles como consideradas un medio para la transmisión de enfermedades. Sin embargo, si bien se realiza un seguimiento de estas poblaciones para la vigilancia de enfermedades, es posible que se les prohíba el acceso a la atención sanitaria o social debido a su situación migratoria.
En todo caso, la importante feminización de los sectores altamente perjudicado por la crisis de la Covid-19 lleva al informe a decir que se está ante un alto riesgo de un desempleo significativo para las mujeres. A diferencia de las recesiones habituales que tienden a afectar a los sectores tradicionalmente masculinos de la construcción y la manufactura, esta recesión relacionada con COVID-19 se ha denominado una " she-cession” (se trata de un juego de palabras, en las que en inglés, la primera sílaba de la “recession” –recesión en español-, es sustiuida por el “she” –ella-, resultando “shecesión”).
El informe señala que incluso respecto de las mujeres que trabajen o que encuentren un trabajo, puedan verse obligadas por sus responsabilidades de cuidado a dejarlo si no hay un apoyo significativo al sector del cuidado infantil. Además, las mujeres se verán más afectadas por cualquier política de austeridad gubernamental que pueda reducir el gasto del sector público o el empleo que también emplea a mujeres de manera desproporcionada.
Por ello, el informe señala la necesidad de invertir en una economía basada en el cuidado puede ofrecer beneficios reales tanto para la sociedad como para la economía. Esa inversión pública no solo garantizaría la protección de un tramo de puestos de trabajo de mujeres en estos sectores, sino que el análisis económico ha demostrado que se puede lograr un mayor estímulo económico mediante recuperaciones impulsadas por el cuidado, más que en la construcción o la manufactura. Esto conduciría a un mayor número de puestos de trabajo en general y a una reducción de la brecha salarial de género.
10ª Recomendación: Asegurar que los gobiernos concentren los paquetes de estímulo y / o rescate en aquellos sectores que se han visto afectados de manera desproporcionada por el cierre de COVID-19.
11ª Recomendación: Asegurar que el sector del cuidado infantil sea una prioridad en el período posterior a la pandemia, como empleador de mujeres y como favorecedor de la participación de la mujer en la fuerza laboral.
En sexto lugar, si bien estas tendencias están surgiendo durante COVID-19, faltan datos que demuestren el efecto diferencial de COVID-19 y las políticas relacionadas. Menos del 50% de los países a nivel mundial están informando datos desglosados por sexo para la incidencia y la mortalidad por COVID. Incluso menos países están informando datos desglosados para comprender la distribución de los efectos socioeconómicos posteriores de las intervenciones de COVID-19.
12ª Recomendación: Los gobiernos deben aumentar la recopilación y notificación de datos relacionados con el COVID (y otros problemas de salud) de acuerdo con la Resolución 60.25 (2007) de la Organización Mundial de la Salud y los efectos socioeconómicos desglosados por sexo y, cuando sea posible, también por etnia y edad para comprender las tendencias en tiempo real con el objeto de informar la toma de decisiones.
Espero que esta reseña haya sido de vuestro interés!
El documento es de interés por mostrar las consecuencias que está teniendo la crisis de la Covid-19 en las mujeres, y muy especialmente en las mujeres trabajadoras de sectores económicos duramente castigados por la pandemia, pero también, recomiendo la lectura del documento porque hace una serie de recomendaciones de interés para los poderes públicos a la hora de legislar y adoptar políticas públicas para evitar o reducir el impacto perjudicial en perspectiva de género que tendrá el período post-Covid-19, entre otras, y de manera especial, las relacionadas con el mercado de trabajo.
El informe se estructura en un sumario ejecutivo, al que siguen diversos 8 capítulos sobre Género y Covid-19; Datos desagregados por sexo; Trabajadores del sector sanitario; carga de los cuidados; violencia doméstica; distorsión de los servicios de salud; impacto económico y conclusiones. Con esa referencia, el objetivo de esta reseña es expresar las principales ideas que aparecen principalmente en su Sumario ejecutivo, donde, por cierto, aparecen sintetizadas las recomendaciones que hace el informe. En todo caso, en algunos temas como la influencia que ha tenido la COVID-19 en el ámbito económico y migratorio, ampliaré algo el contenido de esta reseña con ideas que no están en el sumario, sino que están incluidas en el propio texto. Mi objetivo con este entrada es únicamente dar a conocer al público mas extenso posible las ideas principales del estudio traduciendolas al español.
La primera cuestión a subrayar del informe es su afirmación de que el impacto de carácter socioeconómico que está teniendo la Covid-19 está recayendo de manera desproporcionada en las mujeres. Más allá de este efecto de género, el estudio también señala que sus resultados se cruzan con otros factores de vulnerabilidad, que son especialmente agudos para los grupos étnicos minoritarios, asiáticos y negros, así como para las comunidades LGBTIQ. Estos importantes efectos de la Covid-19 no se deben al patógeno en sí, sino que son consecuencia de las intervenciones y políticas de salud pública introducidas por los gobiernos para minimizar la propagación del coronavirus SARS-CoV-2.
Según el informe, dichas afectaciones por género se han producido en diversos ámbitos:
En primer lugar, debido a que las mujeres constituyen el 76% de trabajadores sanitarios en la UE, ellas han estado en primera línea del frente de batalla combatiendo la pandemia de COVID-19, brindando atención a los infectados. Ello ha supuesto que las infecciones se hayan producido principalmente entre las mujeres. El informe dice además que las mujeres no solo constituyen la mayor parte de la fuerza laboral de atención médica, sino que también comprenden gran parte del sector de cuidados en general, incluido el de ancianos, el trabajo social, el cuidado de discapacitados, de niños, la asistencia doméstica y de limpieza. Cada uno de estos trabajos tiene una mayor exposición a la infección con COVID19 debido al contacto proximal prolongado con personas a diario.
En este sentido, el estudio hace varias recomendaciones:
1ª Recomendación: Se debe reconocer la naturaleza de género de la fuerza laboral de la salud y mitigar los riesgos adicionales para las mujeres que desempeñan estos roles mediante el acceso a Equipo de Protección Individual (EPIs) y seguridad financiera y personal para que puedan realizar su trabajo de manera segura.
2ª Recomendación: Invertir en una economía basada en el cuidado para estimular el empleo y garantizar la continuidad de estos servicios esenciales.
En segundo lugar, el informe dice que las mujeres no solo han ocupado un rol importante como trabajadoras en el sector de la salud, sino que también han absorbido la mayor parte de la atención informal y no remunerada en la pandemia de COVID-19. Recuerda el estudio que a medida que se establecieron las órdenes de confinamiento y se cerraron las escuelas o guarderías, aumentaba el tiempo dedicado a las tareas domésticas. Ello ha derivado en que algunas mujeres hayan debido tomar una licencia no remunerada del empleo remunerado o una reducción drástica de las horas de trabajo. En otros casos, han cambiado significativamente sus patrones de trabajo para poder adaptarse a múltiples demandas remuneradas y no remuneradas, sobre todo en los hogares monoparentales, la mayoría de los cuales son mujeres. Según el informe que se reseña, este cambio en las situaciones o prácticas laborales tiene un impacto significativo en las finanzas familiares. Se expresa en el estudio que existe la preocupación de que la seguridad laboral pueda convertirse en un problema cada vez mayor en el período post- pandémico si la realidad de muchas mujeres, que necesitan cuidar a sus hijos y reducir así su carga de trabajo, es leída por los empleadores como si su trabajo no es “esencial". De hecho, dado que se esperan recortes de empleo y recesión en todos los estados de la UE, esto podría poner a las mujeres en mayor riesgo de despido y desempleo que sus homólogos masculinos que han continuado trabajando durante el cierre. Por otra parte, el papel de cuidado informal de las mujeres durante el COVID-19 también está produciendo efectos significativos en la salud mental de las mujeres, con un aumento de la ansiedad y la preocupación por su familia y bienestar, y sobre sus finanzas.
3ª Recomendación: Los empleadores deben reconocer la distribución del trabajo doméstico dentro de los hogares y cómo esto afecta el empleo remunerado. La protección contra los despidos debido a las responsabilidades del cuidado de los niños debería ser obligatoria.
4ª Recomendación: Dado que el trabajo a domicilio y el confinamiento relacionados con COVID-19 pueden continuar durante varios meses, se debe proporcionar a las familias protección social y financiera, como prestaciones por hijos o licencias parentales remuneradas.
5ª Recomendación: los datos sobre despidos y pérdidas de empleo deben desglosarse por sexo.
En tercer lugar, el informe señala que la violencia doméstica está siendo un problema significativo durante las medidas de confinamiento derivadas de la Covid-19. El informe dice que la violencia doméstica es notoriamente difícil de medir y se ha expresado la preocupación de que las medidas de confinamiento también limitan la capacidad de las mujeres para denunciar la violencia doméstica.
6ª Recomendación: los gobiernos deben buscar activamente reducir los riesgos para las mujeres en sus propios hogares a través de mayores mecanismos para denunciar la violencia doméstica, la creación de espacios seguros subsidiados para las mujeres que deseen abandonar sus hogares y una mayor vigilancia e intervención para quienes denuncian a través del uso de líneas telefónicas directas.
En cuarto lugar, señala el Informe que la Covid-19 supone una distorsión de los sistemas de salud a medida que los diversos recursos sanitarios se desvían para gestionar la crisis en cuestión, lo que tiene consecuencias para las mujeres, particularmente en su acceso a servicios seguros de salud sexual y reproductiva. En este ámbito, el informe expresa la probabilidad de que las mujeres no accedan a la atención prenatal y posnatal, o que esta atención se haya trasladado a la entrega en línea o por teléfono. También existe preocupación por el aumento de la ansiedad entre las madres si no pueden tener controles en persona del bebé y/o no se les permite tener un compañero con ellas en las clínicas. A su vez, el acceso a la anticoncepción se ha interrumpido debido a Covid-19, así como también los servicios de aborto también están en riesgo por dicho coronaviurs. Expresa el informe que el aborto es una necesidad de salud sensible al tiempo, y si el acceso de las mujeres es limitado, ya sea porque el servicio se considera "no esencial" o porque el suministro se reduce a medida que los recursos se transfieren a Covid19, esto corre el riesgo de que las mujeres busquen un aborto inseguro en otro lugar y representen un peligro para sus vidas.
7ª Recomendación: los servicios de salud sexual y reproductiva de calidad deben mantenerse durante todo el período pandémico y posterior a la pandemia. Para facilitar el acceso, la anticoncepción debe estar disponible gratuitamente en farmacias y supermercados.
8ª Recomendación: Los servicios prenatales y posnatales deben mantenerse presencialmente, o en persona, para quienes los necesiten. La provisión podría trasladarse de entornos clínicos a entornos comunitarios para reducir los riesgos de infección y / o las percepciones de riesgo de infección.
9ª Recomendación: Se debe facilitar el acceso al aborto mediante la telemedicina y la reducción de los períodos de espera obligatorios para los procedimientos.
En quinto lugar, el informe vaticina que el empoderamiento económico de las mujeres probablemente seguirá viéndose afectado de manera significativa en los próximos meses y años debido a los efectos de las actuaciones frente a la COVID-19.
En el texto del informe se recoge como a nivel micro, las responsabilidades de cuidado que está suponiendo esta crisis van a significar que las mujeres se vean obligadas a reducir las horas de trabajo (o a perder sus trabajos) con la consiguiente pérdida de ingresos y el riesgo de inseguridad económica y pobreza para algunas familias. Si la recesión se intensifica y afecta a ambos padres, se agravará el problema. Además, debido al trabajo a tiempo parcial o flexible, las mujeres corren un mayor riesgo de recortes de empleo en el futuro. A nivel macro, el informe señala que las industrias que se han visto más afectadas por COVID-19 están fuertemente feminizadas: hostelería, turismo, cuidado de niños, educación y atención médica.
De interés resulta a mi modo la afirmación de que las mujeres migrantes representan una parte significativa de las mujeres empleadas en estos sectores y deben ser consideradas plenamente en las políticas desarrolladas para responder a esta crisis y a futuras. El informe dice que, de forma tradicional estos puestos de migrantes no han podido ser ocupados por nacionales y están mal pagados, con menos regulaciones laborales que en otras partes de la economía. Durante el COVID-19, esta mano de obra "invisible" se ha vuelto cada vez más visible, no solo a través del reconocimiento del valor de los sectores del cuidado y el "aplauso a los cuidadores" en toda Europa, sino que las comunidades invisibles de migrantes se han vuelto cada vez más visibles como consideradas un medio para la transmisión de enfermedades. Sin embargo, si bien se realiza un seguimiento de estas poblaciones para la vigilancia de enfermedades, es posible que se les prohíba el acceso a la atención sanitaria o social debido a su situación migratoria.
En todo caso, la importante feminización de los sectores altamente perjudicado por la crisis de la Covid-19 lleva al informe a decir que se está ante un alto riesgo de un desempleo significativo para las mujeres. A diferencia de las recesiones habituales que tienden a afectar a los sectores tradicionalmente masculinos de la construcción y la manufactura, esta recesión relacionada con COVID-19 se ha denominado una " she-cession” (se trata de un juego de palabras, en las que en inglés, la primera sílaba de la “recession” –recesión en español-, es sustiuida por el “she” –ella-, resultando “shecesión”).
El informe señala que incluso respecto de las mujeres que trabajen o que encuentren un trabajo, puedan verse obligadas por sus responsabilidades de cuidado a dejarlo si no hay un apoyo significativo al sector del cuidado infantil. Además, las mujeres se verán más afectadas por cualquier política de austeridad gubernamental que pueda reducir el gasto del sector público o el empleo que también emplea a mujeres de manera desproporcionada.
Por ello, el informe señala la necesidad de invertir en una economía basada en el cuidado puede ofrecer beneficios reales tanto para la sociedad como para la economía. Esa inversión pública no solo garantizaría la protección de un tramo de puestos de trabajo de mujeres en estos sectores, sino que el análisis económico ha demostrado que se puede lograr un mayor estímulo económico mediante recuperaciones impulsadas por el cuidado, más que en la construcción o la manufactura. Esto conduciría a un mayor número de puestos de trabajo en general y a una reducción de la brecha salarial de género.
10ª Recomendación: Asegurar que los gobiernos concentren los paquetes de estímulo y / o rescate en aquellos sectores que se han visto afectados de manera desproporcionada por el cierre de COVID-19.
11ª Recomendación: Asegurar que el sector del cuidado infantil sea una prioridad en el período posterior a la pandemia, como empleador de mujeres y como favorecedor de la participación de la mujer en la fuerza laboral.
En sexto lugar, si bien estas tendencias están surgiendo durante COVID-19, faltan datos que demuestren el efecto diferencial de COVID-19 y las políticas relacionadas. Menos del 50% de los países a nivel mundial están informando datos desglosados por sexo para la incidencia y la mortalidad por COVID. Incluso menos países están informando datos desglosados para comprender la distribución de los efectos socioeconómicos posteriores de las intervenciones de COVID-19.
12ª Recomendación: Los gobiernos deben aumentar la recopilación y notificación de datos relacionados con el COVID (y otros problemas de salud) de acuerdo con la Resolución 60.25 (2007) de la Organización Mundial de la Salud y los efectos socioeconómicos desglosados por sexo y, cuando sea posible, también por etnia y edad para comprender las tendencias en tiempo real con el objeto de informar la toma de decisiones.
Espero que esta reseña haya sido de vuestro interés!