13/01/2019
La gestión por la UE de la migración "en todos sus aspectos"
El día 7 de enero de 2019 se presentó en la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior del Parlamento Europeo la Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, el Consejo Europeo y el Consejo titulada “La gestión de la migración en todos sus aspectos: avances en el marco de la Agenda Europea de Migración” (con fecha de publicación del 4 de diciembre de 2018, COM (2018) 798 Final).
Es mi intención poner de manifiesto de forma resumida y crítica los principales contenidos de esta Comunicación, que parte de considerar que las llegadas se encuentran a un nivel más bajo que antes de la crisis de 2015, pero reconoce que “la presión migratoria estructural sigue siendo fuerte”. Desde luego, hay que prestar atención a esta cita literal porque supone un reconocimiento por la Comisión de que en materia de migraciones sigue existiendo una presión de carácter intensa, que es de carácter permanente, no coyuntural.
La Comisión Europea expresa que los flujos migratorios están por debajo a los niveles anteriores a la crisis de 2015 (recuérdese que sólo en el mes de octubre de ese año se alcanzó la cifra cercana a 225.000 cruces irregulares únicamente en el mediterráneo oriental),mientras que, en el momento de la publicación de la Comunicación, diciembre de 2018, el número de dichos cruces irregulares en las fronteras en la UE a través de las principales rutas migratorias se cifraban en 116.000 en los 10 primeros meses del año (un 30% inferior al de 2017). Ahora bien, el problema de los cruzamientos fronterizos se había desplazado a la ruta del Mediterráneo occidental (para entendernos, la nuestra),con más de 57 000 llegadas irregulares en lo que va de 2018 (un aumento del 126 % respecto a 2017). Estas cifras tienen su impronta en la Comunicación, para empezar, como dice en las propias Conclusiones del documento, en la necesidad de que esta ruta migratoria del mediterráneo occidental necesite de un enfoque integrado (se irá desgranando las consecuencias de este enfoque en las siguientes líneas),de actuación en todas las fases de la ruta migratoria del Mediterráneo occidental, en línea con el refuerzo que se está llevando a cabo en las rutas del Mediterráneo central y oriental.
La Comisión Europea también señala otras tendencias significativas en los movimientos migratorios con destino a la Unión, como un aumento importante de las llegadas irregulares a la frontera terrestre greco-turca y la convergencia de migrantes en Bosnia y Herzegovina.
Las principales nacionalidades de las personas que han pretendido cruzar las fronteras exteriores de la Unión han sido Siria, Marruecos, Irak, Afganistán y Guinea. Otro cambio ha sido una mayor proporción de llegadas de ciudadanos turcos y tunecinos, pues casi la mitad del total de llegadas irregulares a la frontera terrestre griega en 2018 son nacionales turcos, y el número de tunecinos ha aumentado hasta suponer el 24 % por la ruta del Mediterráneo central. A juicio de la Comisión, esta situación reflejaría el cambio experimentado en las rutas seguidas por los migrantes desde el año 2015.
Ahora bien, la Comisión europea también considera importante señalar “un aumento del número de personas que llegan a través de los canales de migración legal”. En concreto, las Comisión se refiere a las políticas de reasentamiento, que ha aliviado parte de la presión sobre los Estados miembros de la UE en las fronteras exteriores y según el ejecutivo europeo ha ofrecido una vía segura y legal a quienes necesitan protección internacional, resultando que desde 2015, a juicio de la Comisión dos “exitosos” programas de reasentamiento de la UE han ayudado a casi 44 000 personas muy vulnerables a encontrar refugio en la UE.
Menor euforia se detecta en la Comunicación al hablar de la distribución de las solicitudes de asilo entre Estados miembros, que “sigue estando desequilibrada”. Eso se constataría en el hecho de que, en 2018, y por sexto año consecutivo, Alemania ha recibido el mayor número absoluto de solicitudes, más de 130 000, seguida de Francia, con más de 116 000, lo que supone en conjunto el 44 % de las todas las solicitudes. Ahora bien, Grecia, España e Italia representaron conjuntamente casi el 30 % de todas las solicitudes, es decir, vale la pena subrayar que el triángulo formado por los países del sur de Europa, que desde 2015 han sufrido en mayor medida la presión migratoria en sus fronteras, recibe casi un tercio de las solicitudes de protección internacional.
Tampoco merece una valoración positiva para la Comisión la situación de los retornos. Así, si bien se devolvió a más de 692.000 nacionales de terceros países en situación irregular, la eficacia de las medidas de retorno sigue disminuyendo, con una tasa media de retorno inferior al 40 % en los tres últimos años. Por ponerlo en cifras, si en el 2017, 516.115 ciudadanos de terceros países recibieron la orden de abandonar la UE, de ellos solo 188.905 retornaron efectivamente.
El alcance de la evolución de los movimientos migratorios en número de cruces, cambio de rutas seguidas, tipos de nacionalidades de personas que las realizan y eficacia de las medidas de expulsión, lleva a la Comisión Europea a impulsar diversas medidas en materia migratoria, en ocasiones detectándose cierta ansiedad ya que algunas de carácter normativa como citaré posteriormente busca aprobarlas antes de las elecciones europeas de mayo.
En todo caso, según la Comisión, el elemento aglutinador de dichas medidas debe estar en abogar por abogar por un enfoque integral de la migración (no en balde la Comunicación tiene por título el nada humilde de gestionar la migración “en todos sus aspectos”),que sea de carácter duradero y no se mueva exclusivamente con soluciones sobrevenidas o ad hoc, que abarque todas las rutas migratorias que llegan a las fronteras exteriores de la Unión, y que sea implementado proactivamente, y no únicamente con reacciones defensivas, único modo según expresa la Comunicación para desarticular el modelo de negocio de los traficantes, asegurar las fronteras exteriores de la Unión, garantizar que procesos clave como el asilo y el retorno funcionen bien, mejorar las vías legales y abordar las razones subyacentes de la migración.
Para ese enfoque integral que propugna la Comisión Europea, los tres componentes principales de un enfoque integral de la gestión de la migración por la Unión Europea estarían constituidos por la adopción de:
1/ Acciones con socios de fuera de la Unión.
2/ Acciones en nuestras fronteras exteriores.
3/ Medidas dentro de la Unión.
Respecto del primer punto, me limitará a señalar que la Comunicación considera fundamental la colaboración con los socios externos en materia de inmigración, y en este marco hace una balance de los instrumentos financieros que la deben sostener, particularmente el Fondo Fiduciario de Emergencia de la UE para África. Este instrumento estaría respaldando lso avances registrados desde la Cumbre de La Valeta de 2015 (que agrupo a dirigentes de África y Europea, donde se acordó un nuevo enfoque en la cooperación en materia de migración). Por cierto, que es en este contexto donde la Comunicación señala que con el Pacto Mundial sobre Migración de las Naciones Unidas (que a la fecha de la Comunicación, aún no había sido aprobado),la UE también debe utilizar la dinámica general para seguir promoviendo un enfoque global de la migración, basado en responsabilidades y asociaciones mutuas.
En el apartado de la colaboración exterior en materia de migración donde se incluye la cuestión el retorno y la readmisión.
Respecto del retorno, la Comisión apela a los Estados miembros a que apliquen mejor las normas actuales; también, a que se impulse la revisión de la Directiva relativa al retorno, sobre todo para incluir unos procedimientos más rápidos, un mejor vínculo con los sistemas de asilo y la lucha contra las fugas y los movimientos secundarios no autorizados, todo lo cual implicaría según expresa la Comunicación a que las decisiones de retorno tendrían muchas más posibilidades de convertirse en retornos efectivos.
En referencia a la readmisión, la Comunicación también está por un enfoque cooperativo con los terceros países (sobre todo africanos y asiáticos) para que se puedan materializar dicha readmisión. Ese enfoque cooperativo, dice la Comisión, debería ser objeto de un enfoque común de la UE cuándo este ofrezca más valor añadido al de las vías bilaterales.
También en este apartado de la acción exterior, la Comunicación incluye la necesidad de acciones de la UE contra el contra el tráfico ilícito de migrantes. En este apartado se destacan los avances que tiene también una cooperación operativa sobre el terreno con equipos conjuntos de funcionarios de la UE y terceros países, y pone como ejemplo que la UE apoya a un equipo de Níger formado por investigadores de Níger, Francia y España, lo que se ha traducido en 211 detenciones, que se tradujeron en 151 cargos por delitos relacionados con el tráfico ilícito de migrantes y la trata de seres humanos, así como en el desmantelamiento de 17 redes internacionales y 12 redes nacionales de delincuencia.
Dentro del primer componente que estoy reseñando, la acción con socios externos, es donde la UE introduce el importante tema de la “mejora de las vías legales”.
En este punto, la Comunicación señala que “la consolidación de la credibilidad del trabajo con los socios en pro de una política general en materia de migración también implica disponer de vías legales para entrar en la UE. El éxito de la petición hecha el año pasado para que los Estados miembros se comprometiesen a poner a disposición 50 000 plazas de reasentamiento garantiza que las personas necesitadas de protección puedan encontrar seguridad en Europa. Pero las vías legales de migración no se limitan a la protección. El número de primeros permisos de residencia concedidos a nacionales de terceros países con residencia legal en la UE pasó de 2,6 millones en 2015 a más de 3 millones en 2017, con un aumento particular de los permisos de residencia relacionados con el trabajo. No obstante, aún queda mucho por hacer para ofrecer oportunidades a estudiantes y profesionales, especialmente a los muy cualificados. En septiembre, la Comisión subrayó la importancia de una política estratégica y activa de la UE en materia de migración legal, tanto para mostrar que existen alternativas a la migración irregular como para contribuir a una economía de la UE más competitiva. Una ambiciosa reforma de la tarjeta azul para los nacionales de terceros países muy cualificados es un componente esencial y la Comisión pide al Consejo que llegue rápidamente a un acuerdo sobre una posición que aporte un valor añadido real en comparación con la actual tarjeta azul, en consonancia con los objetivos establecidos en la propuesta de la Comisión”.
Es justamente en este punto donde la Comisión aboga por que el Parlamento Europeo y el Consejo acuerden una reforma de la Directiva sobre la tarjeta azul de la UE antes de las elecciones al Parlamento Europeo.
Además de ello, la Comunicación avanza que se están preparando varios proyectos piloto de migración legal que deberían comenzar en breve, en cuyo marco concreto la conclusión cercana de un proyecto en el marco del Fondo Fiduciario para la movilidad laboral con los países del norte de África.
Respecto al segundo componente de la gestión integral de las migraciones, el refuerzo de la gestión de las fronteras exteriores, la Comisión advierte en su Comunicación la necesidad de consolidar la Guardia Europea de Fronteras y Costas para dotarla de una capacidad de apoyo más fiable y constante. La propuesta mantiene la responsabilidad principal de los Estados miembros en materia de protección de las fronteras exteriores, pero la Comisión piensa dotar a la Agencia de los instrumentos necesarios para ello, con un cuerpo permanente de 10 000 guardias de fronteras europeos, que equivale al 8,7 % de los 115 000 guardias de fronteras nacionales de la UE. Dice la Comunicación que su creación gradual, pero rápida, daría un impulso inmediato a la capacidad colectiva de la UE para proteger las fronteras exteriores y ejecutar eficazmente los retornos desde la UE
Finalmente, en el ámbito de las medidas que deben adoptarse dentro de la Unión, la Comunicación hace una defensa encendida de la preservación del espacio Schengen sin controles en las fronteras interiores, lo que debe basarse en un Sistema Europeo Común de Asilo que funcione correctamente. En este punto añade una afirmación de interés: “Los solicitantes no deben tener libertad de elección en cuanto al Estado miembro en el que solicitan protección internacional”. Y avanza que hay consenso en cuanto a que el actual sistema de Dublín necesita una reforma sustancial. La Comisión muestra su convencimiento en la Comunicación que la reforma del sistema de asilo debe implicar mayores garantías de que cada Estado miembro se ocupará de las aplicaciones de las que es responsable, y un mecanismo de solidaridad estructurado y previsible para garantizar que ningún Estado miembro soporte una carga desproporcionada.
En este marco, la Comisión aboga por la adopción urgente de las cinco propuestas legislativas sobre la reforma del Sistema Europeo Común de Asilo, en relación con las cuales está próximo un acuerdo entre el Parlamento y el Consejo: al Propuestas sobre el Reglamento de reconocimiento, la Directiva sobre las condiciones de acogida, el Reglamento sobre la Agencia de Asilo de la Unión Europea, el Reglamento Eurodac y el Reglamento marco de la Unión en materia de reasentamiento. Estas referencias están vinculadas al Anexo de la Comunicación donde de forma muy didáctica se explican las claves de cada una de las reformas propuestas.
Hay que valorar positivamente el foco que la Comisión pone en el Mediterráneo occidental; también el enfoque integral de las migraciones, y desde luego, la llamada a la necesidad de dotar de vías legales a la migración, pero a mi modo de ver, creo que debe criticarse el sesgo aún débil de la cuestión migratoria por motivos económicos y, cuando se trata de migraciones laborales, la tendencia a poner todas las cartas en un único colectivo o sector. Como advierte la Comisión Europea, el tema va para largo, y las previsiones que tiene al intentar avanzar rápidamente algunas propuestas hacen pensar en que está pensando que tras las elecciones de mayo se pueden restringir los flujos hacia Europa, solución que, a mi modo de ver, aun sería más catastrófica que la que hemos vivido estos últimos años.
La Comisión Europea expresa que los flujos migratorios están por debajo a los niveles anteriores a la crisis de 2015 (recuérdese que sólo en el mes de octubre de ese año se alcanzó la cifra cercana a 225.000 cruces irregulares únicamente en el mediterráneo oriental),mientras que, en el momento de la publicación de la Comunicación, diciembre de 2018, el número de dichos cruces irregulares en las fronteras en la UE a través de las principales rutas migratorias se cifraban en 116.000 en los 10 primeros meses del año (un 30% inferior al de 2017). Ahora bien, el problema de los cruzamientos fronterizos se había desplazado a la ruta del Mediterráneo occidental (para entendernos, la nuestra),con más de 57 000 llegadas irregulares en lo que va de 2018 (un aumento del 126 % respecto a 2017). Estas cifras tienen su impronta en la Comunicación, para empezar, como dice en las propias Conclusiones del documento, en la necesidad de que esta ruta migratoria del mediterráneo occidental necesite de un enfoque integrado (se irá desgranando las consecuencias de este enfoque en las siguientes líneas),de actuación en todas las fases de la ruta migratoria del Mediterráneo occidental, en línea con el refuerzo que se está llevando a cabo en las rutas del Mediterráneo central y oriental.
La Comisión Europea también señala otras tendencias significativas en los movimientos migratorios con destino a la Unión, como un aumento importante de las llegadas irregulares a la frontera terrestre greco-turca y la convergencia de migrantes en Bosnia y Herzegovina.
Las principales nacionalidades de las personas que han pretendido cruzar las fronteras exteriores de la Unión han sido Siria, Marruecos, Irak, Afganistán y Guinea. Otro cambio ha sido una mayor proporción de llegadas de ciudadanos turcos y tunecinos, pues casi la mitad del total de llegadas irregulares a la frontera terrestre griega en 2018 son nacionales turcos, y el número de tunecinos ha aumentado hasta suponer el 24 % por la ruta del Mediterráneo central. A juicio de la Comisión, esta situación reflejaría el cambio experimentado en las rutas seguidas por los migrantes desde el año 2015.
Ahora bien, la Comisión europea también considera importante señalar “un aumento del número de personas que llegan a través de los canales de migración legal”. En concreto, las Comisión se refiere a las políticas de reasentamiento, que ha aliviado parte de la presión sobre los Estados miembros de la UE en las fronteras exteriores y según el ejecutivo europeo ha ofrecido una vía segura y legal a quienes necesitan protección internacional, resultando que desde 2015, a juicio de la Comisión dos “exitosos” programas de reasentamiento de la UE han ayudado a casi 44 000 personas muy vulnerables a encontrar refugio en la UE.
Menor euforia se detecta en la Comunicación al hablar de la distribución de las solicitudes de asilo entre Estados miembros, que “sigue estando desequilibrada”. Eso se constataría en el hecho de que, en 2018, y por sexto año consecutivo, Alemania ha recibido el mayor número absoluto de solicitudes, más de 130 000, seguida de Francia, con más de 116 000, lo que supone en conjunto el 44 % de las todas las solicitudes. Ahora bien, Grecia, España e Italia representaron conjuntamente casi el 30 % de todas las solicitudes, es decir, vale la pena subrayar que el triángulo formado por los países del sur de Europa, que desde 2015 han sufrido en mayor medida la presión migratoria en sus fronteras, recibe casi un tercio de las solicitudes de protección internacional.
Tampoco merece una valoración positiva para la Comisión la situación de los retornos. Así, si bien se devolvió a más de 692.000 nacionales de terceros países en situación irregular, la eficacia de las medidas de retorno sigue disminuyendo, con una tasa media de retorno inferior al 40 % en los tres últimos años. Por ponerlo en cifras, si en el 2017, 516.115 ciudadanos de terceros países recibieron la orden de abandonar la UE, de ellos solo 188.905 retornaron efectivamente.
El alcance de la evolución de los movimientos migratorios en número de cruces, cambio de rutas seguidas, tipos de nacionalidades de personas que las realizan y eficacia de las medidas de expulsión, lleva a la Comisión Europea a impulsar diversas medidas en materia migratoria, en ocasiones detectándose cierta ansiedad ya que algunas de carácter normativa como citaré posteriormente busca aprobarlas antes de las elecciones europeas de mayo.
En todo caso, según la Comisión, el elemento aglutinador de dichas medidas debe estar en abogar por abogar por un enfoque integral de la migración (no en balde la Comunicación tiene por título el nada humilde de gestionar la migración “en todos sus aspectos”),que sea de carácter duradero y no se mueva exclusivamente con soluciones sobrevenidas o ad hoc, que abarque todas las rutas migratorias que llegan a las fronteras exteriores de la Unión, y que sea implementado proactivamente, y no únicamente con reacciones defensivas, único modo según expresa la Comunicación para desarticular el modelo de negocio de los traficantes, asegurar las fronteras exteriores de la Unión, garantizar que procesos clave como el asilo y el retorno funcionen bien, mejorar las vías legales y abordar las razones subyacentes de la migración.
Para ese enfoque integral que propugna la Comisión Europea, los tres componentes principales de un enfoque integral de la gestión de la migración por la Unión Europea estarían constituidos por la adopción de:
1/ Acciones con socios de fuera de la Unión.
2/ Acciones en nuestras fronteras exteriores.
3/ Medidas dentro de la Unión.
Respecto del primer punto, me limitará a señalar que la Comunicación considera fundamental la colaboración con los socios externos en materia de inmigración, y en este marco hace una balance de los instrumentos financieros que la deben sostener, particularmente el Fondo Fiduciario de Emergencia de la UE para África. Este instrumento estaría respaldando lso avances registrados desde la Cumbre de La Valeta de 2015 (que agrupo a dirigentes de África y Europea, donde se acordó un nuevo enfoque en la cooperación en materia de migración). Por cierto, que es en este contexto donde la Comunicación señala que con el Pacto Mundial sobre Migración de las Naciones Unidas (que a la fecha de la Comunicación, aún no había sido aprobado),la UE también debe utilizar la dinámica general para seguir promoviendo un enfoque global de la migración, basado en responsabilidades y asociaciones mutuas.
En el apartado de la colaboración exterior en materia de migración donde se incluye la cuestión el retorno y la readmisión.
Respecto del retorno, la Comisión apela a los Estados miembros a que apliquen mejor las normas actuales; también, a que se impulse la revisión de la Directiva relativa al retorno, sobre todo para incluir unos procedimientos más rápidos, un mejor vínculo con los sistemas de asilo y la lucha contra las fugas y los movimientos secundarios no autorizados, todo lo cual implicaría según expresa la Comunicación a que las decisiones de retorno tendrían muchas más posibilidades de convertirse en retornos efectivos.
En referencia a la readmisión, la Comunicación también está por un enfoque cooperativo con los terceros países (sobre todo africanos y asiáticos) para que se puedan materializar dicha readmisión. Ese enfoque cooperativo, dice la Comisión, debería ser objeto de un enfoque común de la UE cuándo este ofrezca más valor añadido al de las vías bilaterales.
También en este apartado de la acción exterior, la Comunicación incluye la necesidad de acciones de la UE contra el contra el tráfico ilícito de migrantes. En este apartado se destacan los avances que tiene también una cooperación operativa sobre el terreno con equipos conjuntos de funcionarios de la UE y terceros países, y pone como ejemplo que la UE apoya a un equipo de Níger formado por investigadores de Níger, Francia y España, lo que se ha traducido en 211 detenciones, que se tradujeron en 151 cargos por delitos relacionados con el tráfico ilícito de migrantes y la trata de seres humanos, así como en el desmantelamiento de 17 redes internacionales y 12 redes nacionales de delincuencia.
Dentro del primer componente que estoy reseñando, la acción con socios externos, es donde la UE introduce el importante tema de la “mejora de las vías legales”.
En este punto, la Comunicación señala que “la consolidación de la credibilidad del trabajo con los socios en pro de una política general en materia de migración también implica disponer de vías legales para entrar en la UE. El éxito de la petición hecha el año pasado para que los Estados miembros se comprometiesen a poner a disposición 50 000 plazas de reasentamiento garantiza que las personas necesitadas de protección puedan encontrar seguridad en Europa. Pero las vías legales de migración no se limitan a la protección. El número de primeros permisos de residencia concedidos a nacionales de terceros países con residencia legal en la UE pasó de 2,6 millones en 2015 a más de 3 millones en 2017, con un aumento particular de los permisos de residencia relacionados con el trabajo. No obstante, aún queda mucho por hacer para ofrecer oportunidades a estudiantes y profesionales, especialmente a los muy cualificados. En septiembre, la Comisión subrayó la importancia de una política estratégica y activa de la UE en materia de migración legal, tanto para mostrar que existen alternativas a la migración irregular como para contribuir a una economía de la UE más competitiva. Una ambiciosa reforma de la tarjeta azul para los nacionales de terceros países muy cualificados es un componente esencial y la Comisión pide al Consejo que llegue rápidamente a un acuerdo sobre una posición que aporte un valor añadido real en comparación con la actual tarjeta azul, en consonancia con los objetivos establecidos en la propuesta de la Comisión”.
Es justamente en este punto donde la Comisión aboga por que el Parlamento Europeo y el Consejo acuerden una reforma de la Directiva sobre la tarjeta azul de la UE antes de las elecciones al Parlamento Europeo.
Además de ello, la Comunicación avanza que se están preparando varios proyectos piloto de migración legal que deberían comenzar en breve, en cuyo marco concreto la conclusión cercana de un proyecto en el marco del Fondo Fiduciario para la movilidad laboral con los países del norte de África.
Respecto al segundo componente de la gestión integral de las migraciones, el refuerzo de la gestión de las fronteras exteriores, la Comisión advierte en su Comunicación la necesidad de consolidar la Guardia Europea de Fronteras y Costas para dotarla de una capacidad de apoyo más fiable y constante. La propuesta mantiene la responsabilidad principal de los Estados miembros en materia de protección de las fronteras exteriores, pero la Comisión piensa dotar a la Agencia de los instrumentos necesarios para ello, con un cuerpo permanente de 10 000 guardias de fronteras europeos, que equivale al 8,7 % de los 115 000 guardias de fronteras nacionales de la UE. Dice la Comunicación que su creación gradual, pero rápida, daría un impulso inmediato a la capacidad colectiva de la UE para proteger las fronteras exteriores y ejecutar eficazmente los retornos desde la UE
Finalmente, en el ámbito de las medidas que deben adoptarse dentro de la Unión, la Comunicación hace una defensa encendida de la preservación del espacio Schengen sin controles en las fronteras interiores, lo que debe basarse en un Sistema Europeo Común de Asilo que funcione correctamente. En este punto añade una afirmación de interés: “Los solicitantes no deben tener libertad de elección en cuanto al Estado miembro en el que solicitan protección internacional”. Y avanza que hay consenso en cuanto a que el actual sistema de Dublín necesita una reforma sustancial. La Comisión muestra su convencimiento en la Comunicación que la reforma del sistema de asilo debe implicar mayores garantías de que cada Estado miembro se ocupará de las aplicaciones de las que es responsable, y un mecanismo de solidaridad estructurado y previsible para garantizar que ningún Estado miembro soporte una carga desproporcionada.
En este marco, la Comisión aboga por la adopción urgente de las cinco propuestas legislativas sobre la reforma del Sistema Europeo Común de Asilo, en relación con las cuales está próximo un acuerdo entre el Parlamento y el Consejo: al Propuestas sobre el Reglamento de reconocimiento, la Directiva sobre las condiciones de acogida, el Reglamento sobre la Agencia de Asilo de la Unión Europea, el Reglamento Eurodac y el Reglamento marco de la Unión en materia de reasentamiento. Estas referencias están vinculadas al Anexo de la Comunicación donde de forma muy didáctica se explican las claves de cada una de las reformas propuestas.
Hay que valorar positivamente el foco que la Comisión pone en el Mediterráneo occidental; también el enfoque integral de las migraciones, y desde luego, la llamada a la necesidad de dotar de vías legales a la migración, pero a mi modo de ver, creo que debe criticarse el sesgo aún débil de la cuestión migratoria por motivos económicos y, cuando se trata de migraciones laborales, la tendencia a poner todas las cartas en un único colectivo o sector. Como advierte la Comisión Europea, el tema va para largo, y las previsiones que tiene al intentar avanzar rápidamente algunas propuestas hacen pensar en que está pensando que tras las elecciones de mayo se pueden restringir los flujos hacia Europa, solución que, a mi modo de ver, aun sería más catastrófica que la que hemos vivido estos últimos años.
