16/07/2024

Reseña de la Estrategia estatal para un nuevo modelo de cuidados en la comunidad (Junio de 2024).

Reseña de la Estrategia estatal para un nuevo modelo de cuidados en la comunidad (Junio de 2024).

El objeto de esta entrada es hacer una reseña de la Estrategia estatal para un nuevo modelo de cuidados en la comunidad. Un proceso de desinstitucionalización (2024-2030),aprobada por el Gobierno español a través del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, en junio de 2024.


La Estrategia estatal para un nuevo modelo de cuidados en la comunidad. Un proceso de desinstitucionalización (2024-2030), ya avanza en su propia Introducción que su adopción responde al compromiso asumido en el Componente 22 del Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia, orientado a la modernización y refuerzo de los servicios sociales y del modelo de cuidados de larga duración.

Sus destinatarios son fundamentalmente a las personas con necesidades de apoyo y cuidados, especialmente personas con discapacidad, personas mayores en situación de dependencia, niños, niñas, adolescentes en el sistema de protección, y jóvenes que han pasado por el mismo y a las personas sin hogar. En todo caso, la Estrategia también está pensada para apoyar a las familias de estas personas, así como a las trabajadoras y trabajadores del sector de los cuidados y apoyos y de las personas que cuidan.

La justificación que ofrece la Estrategia es la necesidad de afrontar con carácter urgente la transición desde un modelo de atención basado en entornos institucionalizados o derivados de una cultura asistencialista, a un modelo de apoyos con base en la comunidad y dentro de las familias (en el caso de la infancia),es decir a servicios y apoyos prestados en el entorno próximo de la persona, centrados en su voluntad, decisiones y preferencias y, además, en el caso de la infancia y juventud, teniendo en cuenta su mejor interés. Para llevarlo a cabo, se han de aprobar varios planes operativos, el primero de los cuales, del bienio 2024-2025, aún no se ha aprobado en el momento de realización de esta entrada. En todo caso, su finalidad será las medidas a llevar a cabo en los dos primeros años de implementación de la Estrategia.

De la lectura del documento se constata ya de primeras una preocupación por conceptualizar que se entiende por una atención de cuidados institucionalizad o asistencialista, y que es lo que se propone para superarla.

En este sentido, la Estrategia conceptúa la cultura institucional o asistencialista como “cualquier tipo de situación o relación de cuidado y apoyo en la que estén presentes los siguientes rasgos: trato uniforme y rigidez en la rutina, acceso genérico y no individualizado a los servicios, segregación y aislamiento social, ausencia de elección y control, falta de toma de decisiones sobre la propia vida, predominio de los intereses de la organización frente a las necesidades de las personas y relación de asimetría entre las personas que cuidan y las que son cuidadas. Todos estos rasgos derivan en un uso normalizado de restricciones, entendidas como actos o prácticas, dinámicas u omisiones, que tienen el propósito o el efecto de restringir el movimiento, la libertad de decidir y/o actuar de forma independiente de una persona o el libre desarrollo de su personalidad”. Para la Estrategia, esta cultura institucional puede estar presente en diferentes entornos, ya sean grandes residencias, pequeños alojamientos colectivos, hogares familiares o incluso el propio domicilio. En este sentido, los procesos de institucionalización no sólo se dan a través de internamientos en centros, albergues o residencias (como espacios físicos),sino que también están atravesados por comportamientos, valores y creencias sobre formas de apoyar y cuidar que tienden a la despersonalización, la rigidez en las rutinas, el trato grupal y uniforme, así como la distancia, la segregación y aislamiento social. En consecuencia, la Estrategia considera que la denominada cultura institucional o asistencialista hace referencia a un marco de comprensión de las instituciones y de las relaciones de cuidado que está claramente enfrentada a la cultura de los derechos humanos.

Frente a ello, la Estrategia propone un proceso de desinstitucionalización, es decir, un proceso de  cambio social, político y cultural que prevé el tránsito del cuidado en entornos de aislamiento y segregación, identificados genéricamente como instituciones hacía, modalidades de prestación de apoyo y cuidado acordes con el enfoque de derechos humanos, que se centren en la persona, respeten sus elecciones, voluntad y preferencias y promuevan la participación social y la inclusión en la comunidad.
 
Por ello, la Estrategia aboga por transformar el modelo de cuidados y apoyos, teniendo n cuenta la voluntad y preferencias de las personas, que en su gran mayoría no desean vivir en instituciones, sino demandan ejercer sus derechos en igualdad de condiciones, así como apoyos personalizados para poder desarrollar su proyecto de vida en la comunidad. Ocho de cada diez personas en España consideran que las personas que residen en centros o instituciones asistenciales están en alguna medida al margen del conjunto de la sociedad, y opinan que es necesario tomar medidas para que estas personas puedan vivir más incluidas en la sociedad.
 
Con esa base, es de interés conocer las cifras que ofrece la Estrategia sobre el grupo social de la que es destinataria la Estrategia:
 
a) En España, entre 4.421.110 y 6.565.901 personas requieren cuidados y apoyos, lo que representa más del 10% de la población. La Estrategia añade que del conjunto de esas personas, al menos 350.258 reciben apoyos en recursos de atención residencial: 288.765 personas mayores de 65 años, 32.934 personas con discapacidad, 17.061 niños, niñas y adolescentes en el sistema de protección infantil en acogimiento residencial y, 11.498 personas en situación de sinhogarismo (en todo caso, la propia Estrategia señala que previsiblemente serán más si se suman las personas con discapacidad menores de 65 años atendidas en residencias y las personas en instituciones de salud mental, así como otros grupos de població)n.
 
b) También hay que señalar que según la Estrategia el uso de servicios de atención residencial aumenta con la edad, especialmente a partir de los 80 años y aumenta también en las mujeres. Las mujeres representan el 69,8% de las personas mayores que viven en Servicios de Atención Residencial, frente al 30,2% de los hombres (de 65 años o más).

c) Por otro lado, la institucionalización en centros es la principal primera respuesta para los niños, niñas y adolescentes que ingresan en el sistema de protección (en 2021 y en 2022 el 75% de las altas en el sistema de menores de edad fueron directamente a un acogimiento residencial, frente al 25% de altas en acogimiento familiar),y también en buena medida para las personas sin hogar (el 40,3% de esta población recibe apoyos en albergues, centros o residencias) y las personas con necesidades complejas de apoyo, como las personas con discapacidad intelectual o con pluridiscapacidad.

d) La Estrategia confirma en todo caso que los cuidados familiares siguen siendo la columna vertebral de los cuidados de larga duración en España: lo cuantifica expresando que casi el 70% de las personas en situación de dependencia son atendidas únicamente por algún integrante de la familia.

Las principales cuidadoras familiares son mujeres: las hijas, las madres y las parejas. Lo mismo ocurre con las personas con discapacidad. En este punto, la Estrategia afirma que "el modelo de cuidados tradicional ha generado, durante décadas y lo sigue haciendo en la actualidad, desigualdades de género, lo que limita la autonomía, el desarrollo profesional y la calidad de vida de las mujeres que cuidan".

El sistema de cuidados, por tanto, "se sostiene fundamentalmente por las mujeres”. Añade en este sentido la Estrategia que hay 720.014 personas afiliadas a la Seguridad Social en los servicios sociales (cuarto trimestre de 2023),de las cuales el 82,2% son mujeres, frente a un 17,8% de hombres. Del total de personas trabajadoras en los servicios sociales, más de 600.000 lo hacen en el sistema atención a la autonomía y la dependencia, donde las tasas de empleo a tiempo parcial son muy altas, los salarios son bajos y los riesgos físicos y mentales son mayores que en otros sectores. Por otro lado, la Estrategia señala que a pesar de que el actual régimen laboral de las trabajadoras del hogar directamente contratadas por las familias las excluye de la provisión de cuidados a personas en situación de dependencia, es común que presten apoyo y cuidado a personas que los necesitan.

En todo caso, la Estrategia señala que el sector de los cuidados tiene gran potencial de generación de empleo debido a la previsión del aumento de la población con necesidades de apoyo. La población mayor de 65 años, que en la actualidad representa el 20,1% del conjunto de la población (9.527.262),representará el 25% en 2035 (12.881.952 personas) y el 30% en 2047 (15.841.916 personas). Las personas de 80 años y más, representarán el 26,9% de la población general en 2065, alcanzando la cifra de 10.120.175, de acuerdo con las proyecciones del INE. En este sentido, esta Estrategia hace hincapié en el importante valor social que realizan las personas que cuidan, principalmente mujeres, proponiendo líneas de actuación orientadas a valorizar la labor de cuidados, a mejorar las condiciones laborales y la protección social de las personas cuidadoras y a generar servicios y apoyos concretos para evitar que el cuidado recaiga sobre las mujeres y las familias.

La implementación de la Estrategia se articula en Principios, Ejes y dentro de cada uno de ellos, Objetivos y Líneas de actuación.

En relación a los principios, se cuentan la garantía de derechos a las personas con necesides de apoyo y cuidado a sus familias; el respeto a la dignidad y buen trato; la vida independiente y en la comundiad; la personalización de los cuidados y apoyos; la libertad de elección y control de los apoyos y cuidados; la perspectiva de género; la interseccionalidad; la prevención de la institucionalización y la accesibilidad universal i asequible.

De interés es la definición que hace del principio de interseccionalidad ya que con él se pretende eliminar cualquier tipo de discriminación en la dispensación de los cuidados. Dice la Estrategia que la interseccionalidad "se entiende en este contexto como la situación por la cual una misma persona puede sufrir discriminación como consecuencia de múltiples categorías sociales que convergen en ella simultáneamente como el género, la clase socioeconómica, alguna discapacidad, su lugar de origen, entre otros factores. Adoptar un enfoque interseccional ayuda a articular medidas teniendo en cuenta factores que impactan en la vida y el ejercicio de derechos de las personas por diferentes vías, es decir, pertenecer a un grupo de población vulnerable que se enfrenta a otras vulnerabilidades a la par, como pueden ser: el sexo, tener discapacidad, pertenecer al colectivo LGBTIQ+, la clase socioeconómica, el nivel educativo, haber nacido en otro país, entre otros factores que pueden aumentar la vulnerabilidad y discriminación". 

Los Ejes de la Estrategia son cinco:
 
  • Eje 1: Prevención de dinámicas de institucionalización. 
La Estrategia describre este eje como la dotación de opciones a las pesonas para que los sistemas de cuidados y apoyos puedan ser personalizados y de base comuntaria; sostiene la necesidad de aborar factores sociuales y estructurales que aumenten el riesgo de institucionalización como la dificultad de acceso a una vivienda digan o la falta de agilidad en la respuesta a las necesidades de apoyo en los momentos iniciales o críticos.
 
  • Eje 2: Participación de las personas y concienciación social

La Estrategia expresa en este eje la necesidad de cambios culturales basados en los Derechos humanos que reconfigure la forma en que se planifican, diseñan y prestan los cuidados, tanto desde las Administraciones Públicas, como por parte de los proveedore de servicios, respectanto las voluntat, preferencias, la autodeterminación y la libertad de elección de las personas.
  • Eje 3: Transformación de los modelos de cuidado y apoyo

A este eje es al que se va a prestar atención con posterioridad en esta entrada.
 
  • Eje 4: Desarrollo de servicios para la transición hacia la vida en la comunidad

Con este eje, la Estrategia busca el desarollo de apoyos y servicios de base comnunaria y familiar, así como el fortalecimiento del tejido social y comuntario para facilitar el control sobre la propia vida. Para ello se propone fortalecer la coordinación entre los distintos agentes y recursos de apoyo que intervienen en la comunidad y vida de las personas.
 
  • Eje 5: Condiciones habilitadoras para la desinstitucionalización

Este eje es descrtito como la necesidad de dotarse de un marco normatigva y jurídico que garantice el derecho a vivir una vida elegida y contar con los apoyos suficientes en la comunidad.

Por lo que hace al Eje 3, de transformación de los modelos actuales de cuidado, se ha de decir que la Estrategia lo considera básico para transformar el funcionamiento de las organizaciones que se traduce no sólo en un cambio en la práctica profesional sino en la mejora de condiciones laborales que permitan una mejor prestación de apoyos y cuidados, y abordar el déficit de profesionales, así como la activación de los mecanismos de seguimiento, calidad y evaluación necesarios para garantizar la adecuada prestación de los servicios y actividades.

Los objetivos de este Eje 3 son los siguientes:

3.1 Impulsar la transformación de los cuidados y apoyos, orientándolos a la atención centrada en la persona y a la vida independiente en la comunidad

Expresa la Estrategia que este cumplir con este objetivo requiere de una recualificación del personal profesional del sector de los cuidados y de la creación y actualización de certificados y títulos hacia la atención centrada en la persona y la intervención y el desarrollo comunitario. Por ello, se plantea una línea de actuación orientada a la promoción de procesos de formación para la adquisición de nuevas competencias de apoyo centrado en las personas, fomento del desarrollo profesional y actualización de planes de estudio y programas de formación profesional.

3.2 Fomentar la personalización de los entornos de vida para que los derechos de las personas sean prioridad.

Según la Estrategia, este objetivo busca que a través del fomento de la personalización y transformación de los entornos donde viven las personas, sus preferencias, intimidad, autodeterminación y derechos estén en el centro de la atención.

3.3 Mejorar las condiciones laborales para garantizar el trabajo digno y favorecer el incremento de personal disponible en el sector de los cuidados.

Posteriormente desarrollo lo previsto para este Objetivo 3.3

3.4. Garantizar la calidad en los servicios a través de mecanismos de evaluación, inspección, rendición de cuentas y apoyo a la mejora continua.

En este punto, dice la Estrategia que se articulan líneas de acción orientadas a generar un marco común de estándares de calidad, que sirvan como base para la evaluación y mejora continua de los servicios de apoyo y cuidados, desde la perspectiva de la personalización, la base comunitaria y la desinstitucionalización; reforzar la transparencia y la rendición de cuentas y, por último, mejorar la acción inspectora de las administraciones públicas y establecer sistemas de alerta rápida ante posibles casos de malas praxis

3.5. Generar un ecosistema de innovación social que multiplique las posibilidades de aprendizaje colaborativo para dar respuesta a los retos sociales vinculados con la desinstitucionalización

Con respecto a este objetivo, la Estrategia señala que se considera que apoyar la mejora continua y el desarrollo de servicios bajo este nuevo modelo implica también generar un ecosistema de innovación social que multiplique las posibilidades de aprendizaje colaborativo de forma abierta e integrada con diversos agentes, orientado a comprender y dar respuesta a los retos sociales complejos vinculados con la desinstitucionalización.

En todo caso, en relación al Objetivo 3.3 “Mejorar las condiciones laborales para garantizar el trabajo digno y favorecer el incremento de personal disponible en el sector de los cuidados”, se ha de decir que dispone de dos Lineas de actuación:
 
  • Línea de actuación: 3.3.1. Revisión y mejora de las condiciones laborales de las y los profesionales del sector de los cuidados.
 
  • Línea de actuación 3.3.2. Abordar de forma coordinada el desafío que constituye la necesidad de incremento de personal cualificado para el sector de los cuidados.
 
Por lo que hace a la primera Línea de actuación 3.3.1 sobre “Revisión y mejora de las condiciones laborales de las y los profesionales del sector de los cuidados”, la descripción que se hace por parte de la Estrategia es que debe profundizarse en la mejora de las condiciones laborales es uno de los cambios necesarios para promover un nuevo modelo de cuidados y apoyos en la comunidad.

En función de ello, expresa que:

-Resulta recomendable continuar con la línea emprendida de revisión del contrato parcial y de la prevención de riesgos laborales de las personas trabajadoras que prestan cuidados y apoyos en domicilios particulares.

-Expresa que “deben revisarse las enfermedades profesionales de las trabajadoras de asistencia domiciliaria”.

-Señala que se “requiere estudiar las posibilidades de mejorar la ratio de atención para adecuar los cuidados y apoyos a las necesidades y voluntad de las personas, así como trabajar con los agentes implicados para el incremento de los salarios de las personas trabajadoras por encima del salario mínimo interprofesional”.

-Finalmente, se describe que sería necesario abordar la reducción de la segregación ocupacional de género en el sector de los cuidados, tanto horizontal como vertical.

-Finalmente, señala que sería necesario fomentar la conformación de cooperativas de economía social de los cuidados.

Por lo que hace a la Línea de actuación 3.3.2 ·”Abordar de forma coordinada el desafío que constituye la necesidad de incremento de personal cualificado para el sector de los cuidados”, la Estrategia señala que abordar este importante desafío requiere analizar, junto con el conjunto de administraciones competentes, los elementos que, junto con la baja calidad del empleo, inciden en el incremento del déficit de profesionales de los cuidados; para después operar los cambios pertinentes en el acceso a la profesión, sin renunciar a la cualificación de las personas profesionales, explorando las posibilidades que faciliten la regulación de personas profesionales originarias de otros países, cuidadoras informales o trabajadoras del hogar hasta el momento contratadas por las propias familias.

Espero que este resumen haya sido de vuestro interés!

 
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