01/09/2023
Lo que más me ha gustado de la exposición "La Imagen Humana"
He intentado aprovechar el periodo vacacional de verano de 2023 para cultivarme espiritual e intelectualmente para así compensar las importantes dificultades con las que me encuentro para hacerlo durante el resto del año. Desde luego, una de las decisiones que me ha dejado más satisfecho en mi aspiración ha sido la visita a la exposición del Forum Caixa de Barcelona: “La Imagen Humana. Arte, Identidades y Simbolismo”. Os recomiendo vivamente su visita, la cual podéis hacer incluiso ya olvidado el verano, en concreto hasta el 22 de octubre.
El objetivo de esta entrada es hacer un repaso a las obras mostradas en la exposición que más me han gustado, y acompañarlas de las reflexiones que me provocó su observación. Entre esas obras hay estatuas, esculturas, pinturas y fotografías, y su común denominador es conocer como las sociedades de la historia han representado, y con qué objetivos, la imagen humana.
Si seguís leyendo os lo comento, lo cual haré tras felicitar a los organizadores por la exposición y la forma en la que está diseñada.
El objetivo de esta entrada es hacer un repaso a las obras mostradas en la exposición que más me han gustado, y acompañarlas de las reflexiones que me provocó su observación. Entre esas obras hay estatuas, esculturas, pinturas y fotografías, y su común denominador es conocer como las sociedades de la historia han representado, y con qué objetivos, la imagen humana.
Si seguís leyendo os lo comento, lo cual haré tras felicitar a los organizadores por la exposición y la forma en la que está diseñada.
Si queréis visitar una gran exposició os recomiendo que vengáis a Barcelona y accedáis al Forum Caixa, en Montjuïch, que acoge “La Imagen Humana. Arte, Identidades y Simbolismo” hasta el 22 de octubre.
El objeto de la exposición es mostrar a través de hallazgos arqueológicos, esculturas clásicas, pinturas e incluiso recusos audiovisuales los distintos modos en que a lo largor de historia las sociedades han representado, interpretado y valorado la figura humana. Para hacerlo, la exposición se divide en distintas secciones, las principales de las cuales se agrupan, en primer lugar, en la de “Belleza Ideal”, en la que se explora las formas en las que se ha concebido la perfección de un cuerpo humano, así como también las ideas que se pretendían derivar de la generación de un cuerpo en función de su género, hombre o mujer, potenciando valores como la valentía o el honor respecto del primero, y compasión o bondad respecto del género femenino; en segundo lugar, la sección de “La Expresión de la Personalidad”, donde se recogen retratos que muestran el aspecto de una persona, pero también nos hablan de su identidad, en particular respecto de su rol (que hoy llamaríamos profesional) y su posición en la sociedad; en tercer lugar, la sección de “El cuerpo divino”, dedicado a al representación de dioses y seres sagrados con forma humana, referentes para fortalecer las creencias religiosas de lasa personas; en cuarto lugar, “La Encarnación del Poder”, centrada en la utilización por los poderosos de su propia imagen para expresar su poder y autoridad; y en quinto y último lugar, “El Cuerpo Transformado” como reflejo de la fragilidad del ser humano ante las diferentes experiencias de la vida.
Respecto de estas secciones solo voy a comentar cuáles han sido las obras que más me han cautivado de la exposición.
Al acceder a la exposición, la única referencia que tengo sobre lo que voy a visitar es su cartel de anunciación, en el que aparecen en forma de cuadrículas una serie de imágenes en las que se representan en forma de escultura o pintura a figuras humanas y divinas. Mi breve reflexión ante la puerta es que principalmente voy a saber como han entendido la imagen humana las diversas civilizaciones que han llegado hasta nuestros días, en particular como símbolo de belleza (ahí está la cara de Alejandro Magno en una de las cuadrículas del cartel) o también de poder (la imagen del expresidentes de EE.UU. Obama, por ejemplo, también en el cartel),pero mientras voy pensando en ello hablándolo con las personas con las que visito la muestra, la primera obra que aparece me recuerda lo caduco de toda belleza y también de todo acto de poder. Considero muy oportuno que lo primero que nos encontramos al acceder a la exposición sea “El yo fugaz. Re/Trato”, de Óscar Muñoz (2003).
Se trata de un video de unas décimas de segundo que es lo que tarda en crearse la imagen de una cara con un pincel de agua sobre una superficie de cemento y las décimas de segundo que tarda en desaparecer al secarse.
Recomiendo acceder a la página web de Óscar Muñoz y ver el vídeo correspondiente con los comentarios añadidos a su obra: https://www.banrepcultural.org/oscar-munoz/retrato.html
Esa imagen me hace pensar en la constante toma de nuestras imagenes para difundirlas a través de las plataformas que nos ofrecen las tecnologías y lo vano que es hacerlo. Para empezar, ya lo es creer que nuestra fisonomía retratada en cualquier circunstancia o contexto, con gesticulación añadida o forzando nuestras emociones, aporta algo al mundo. Más aún si lo que se pretende es que esa imagen trascienda más allá de su almacen provisional en nuestros aparatos tecnológicos. En el caso que alguién se considere bello o bella y por eso capta su imagen para mostrarla a los demás, es dificil que consiga ese efecto de reconocimiento de belleza (sin que entre a valorar lo que eso significa),no tanto por los demás sino por uno mismo, ya que lo que uno piensq que es puede no corresponderse con lo que en realidad ve, como sucede con la voz, que de forma lógica es diferente la que uno se reconoce en si mismo con lo que oye de su voz una vez grabada. La insatisfacción perpetua es a lo que arrasta el uso constante de la toma de la imagen de uno mismo, agrabada por lo demás con lo fútil de ese acto.
Tras estas reflexiones paso a la sección de la “Expresión de la Personalidad”, donde me encuentro con el hermoso rostro que ha presidido este Diario en los meses de julio-agosto, que pese a la antigüedad del retrato muestra a una mujer en toda su especificidad e individualización (Retrato de mujer).
Retrato de mujer, témpera y encaústica sobre madera de tilo", c. 100-120, Saqqara (Egipto),@Trustees of the British Museum:
Esta imagen que pese a su antiguedad, me parece clara como una fotografía, con unos rasgos que hacen única a esta mujera, se diferentcia de la muestra de otras imágenes hieráticas tomadas aqeulla misma época histórica, es decir, de imágenes de seres que no muestran ninguna emoción o detalles específicos de su fisonomia, como por ejemplo la correspondiente a una estatua de un funcionario egipcio sentado: en su entera figura, y no sus rasgos faciales que no están elaborados, lo que desprende serenidad en relación a su rol en la sociedad, como significado de lo que pretende su figura, la voluntad de que en su visión se vea poder. No ocurre así en la mujer, en ella no veo poder, tal vez una muestra de su importancia social y su curiosidad por el sentido de la vida a través de esos ojos.
En esta sección, se encuentra también un apartado titulado “Carácter e identidad al descubierto”, donde apunto en mi agenda lo que se expresa en la información que facilita la exposición de que los retratos no solo muestran el aspecto de una persona sino que también nos hablan de su identidad. Aquí me detengo en la fotografia realizada por Laura Boushnak: "Rompiendo barreras: Yo Leo Yo Escribo, Palestina 1976 (2011)". Me conmueve ver un local destartalado que hace funciones de escuela, a la que acuden chicas y mujeres, y en cuyas paredes carcomidas aparecen escritos diversas frases en arabe que nos resultan incomprensibles. Solo lo es ver la voluntad de las mujeres de aprender cualquiera que sean sus circunstancias, por eso no nos extraña a los que vemos la obra cuando leemos la traducción de lo que está grafiteado en esas paredes del aula: “Quiero aprender a leer y escribir para entender la vida. Mi sueño es instruirme".
En la sección “Belleza ideal” me llama la atención la imagen de Christopher Williams “Untitled (Study in Yellow and Red/Berlin)” ( Dirk Sharper Studio, Berlin, June 21st 2007 (No. 2),2008).
Se recoge la figura de una mujer de piel blanquísima y rubia, con lenceria blanca también, hacen que mi primer pensamiento me lleve a pensar que es una Modelo (por tanto, elegida para mostrar belleza femenina),pero el detalle de la mirada me descubre que la imagen de belleza que buscamos tal vez sea falsa, o dicho de otra manera, esconda un trasfondo que en absoluto es bello. Ver las pinzas que recogen su sosten para que no se caiga, o los pies que parecen sucios, hacen que ni el cuerpo ni la ropa interior puedan considerarse bellos. Tal vez las imágenes que nos pasan constantamente no nos hagan ver esos detalles y consideremos bello lo que no es, o tal vez, lo que nos muestran como bello pueda estar contaminado por una realidad oscura, lo cual, de saberlo, haría que nuestra mirada no reparara ya en la belleza que se pretende mostrar.
En la sección El Cuerpo Divino, me insprira la escultura del Buda Sentado de Gandhara, s. II-III. Una imagen de paz, en la que la figura enlaza sus manos en comunión con su pecho, lo cual, reflexiono con el grupo con el que voy que simboliza la imagen de enseñanza. Algo nuevo para mi ya que no sabía de ese símbolo. Entiendo que conforme a la doctrina budista, el gesto de enseñanza está constituido por una mano cerrada en forma de puño, y la otra, situada en la parte baja del puño, parece que coge algo de dentro de éste, ambas frente al pecho. Me llama la atención esta imagen simbólica, en la que parece que una mano intente contener el espiritu interior y la otra intente sacarlo de forma delicada para ofrecerlo.
Finalmente, quisiera comentar que e la sección El Cuerpo Transformado me llama la atención la figura de una Máscara de teatro japonés. Representa la figura del demonio, ya que así se representa con los cuernos, los ojos salidos, a mandíbula prominente y la inmensa boca dispuesta a devorar la belleza de las personas; pero sobre todo me fijo en sus cejas, que consiguen enmarcar la mirada y la fisonomia de la máscara, ja que gracias a ellas veo la tristeza y el sufrimiento. La ira, la violencia, la destrucción de la vida, esconde mucho sufrimiento y tortura interior de aquél a que dichas pasiones somete.
Acabo la exposición y me pregunto que es la belleza. Puede ser que sea algo falso por si mismo, o puede ser que si es real, sea en todo caso caduca, o también puede ser que es mejor buscarla que destruirla, ya que éste último hecho implica convertirnos en demonios, pero sea lo que sea, me pregunto como podemos identificarla y como podemos mostrarla. Con esa pregunta me quedo, aunque tengo la sensación que sin saber definirla que muchas de las imágenes que he visto me la han mostrado, sea cual sea el objetivo que perseguían y sea cual sea la sociedad en las que fueron realizadas.
El objeto de la exposición es mostrar a través de hallazgos arqueológicos, esculturas clásicas, pinturas e incluiso recusos audiovisuales los distintos modos en que a lo largor de historia las sociedades han representado, interpretado y valorado la figura humana. Para hacerlo, la exposición se divide en distintas secciones, las principales de las cuales se agrupan, en primer lugar, en la de “Belleza Ideal”, en la que se explora las formas en las que se ha concebido la perfección de un cuerpo humano, así como también las ideas que se pretendían derivar de la generación de un cuerpo en función de su género, hombre o mujer, potenciando valores como la valentía o el honor respecto del primero, y compasión o bondad respecto del género femenino; en segundo lugar, la sección de “La Expresión de la Personalidad”, donde se recogen retratos que muestran el aspecto de una persona, pero también nos hablan de su identidad, en particular respecto de su rol (que hoy llamaríamos profesional) y su posición en la sociedad; en tercer lugar, la sección de “El cuerpo divino”, dedicado a al representación de dioses y seres sagrados con forma humana, referentes para fortalecer las creencias religiosas de lasa personas; en cuarto lugar, “La Encarnación del Poder”, centrada en la utilización por los poderosos de su propia imagen para expresar su poder y autoridad; y en quinto y último lugar, “El Cuerpo Transformado” como reflejo de la fragilidad del ser humano ante las diferentes experiencias de la vida.
Respecto de estas secciones solo voy a comentar cuáles han sido las obras que más me han cautivado de la exposición.
Al acceder a la exposición, la única referencia que tengo sobre lo que voy a visitar es su cartel de anunciación, en el que aparecen en forma de cuadrículas una serie de imágenes en las que se representan en forma de escultura o pintura a figuras humanas y divinas. Mi breve reflexión ante la puerta es que principalmente voy a saber como han entendido la imagen humana las diversas civilizaciones que han llegado hasta nuestros días, en particular como símbolo de belleza (ahí está la cara de Alejandro Magno en una de las cuadrículas del cartel) o también de poder (la imagen del expresidentes de EE.UU. Obama, por ejemplo, también en el cartel),pero mientras voy pensando en ello hablándolo con las personas con las que visito la muestra, la primera obra que aparece me recuerda lo caduco de toda belleza y también de todo acto de poder. Considero muy oportuno que lo primero que nos encontramos al acceder a la exposición sea “El yo fugaz. Re/Trato”, de Óscar Muñoz (2003).
Se trata de un video de unas décimas de segundo que es lo que tarda en crearse la imagen de una cara con un pincel de agua sobre una superficie de cemento y las décimas de segundo que tarda en desaparecer al secarse.
Recomiendo acceder a la página web de Óscar Muñoz y ver el vídeo correspondiente con los comentarios añadidos a su obra: https://www.banrepcultural.org/oscar-munoz/retrato.html
Esa imagen me hace pensar en la constante toma de nuestras imagenes para difundirlas a través de las plataformas que nos ofrecen las tecnologías y lo vano que es hacerlo. Para empezar, ya lo es creer que nuestra fisonomía retratada en cualquier circunstancia o contexto, con gesticulación añadida o forzando nuestras emociones, aporta algo al mundo. Más aún si lo que se pretende es que esa imagen trascienda más allá de su almacen provisional en nuestros aparatos tecnológicos. En el caso que alguién se considere bello o bella y por eso capta su imagen para mostrarla a los demás, es dificil que consiga ese efecto de reconocimiento de belleza (sin que entre a valorar lo que eso significa),no tanto por los demás sino por uno mismo, ya que lo que uno piensq que es puede no corresponderse con lo que en realidad ve, como sucede con la voz, que de forma lógica es diferente la que uno se reconoce en si mismo con lo que oye de su voz una vez grabada. La insatisfacción perpetua es a lo que arrasta el uso constante de la toma de la imagen de uno mismo, agrabada por lo demás con lo fútil de ese acto.
Tras estas reflexiones paso a la sección de la “Expresión de la Personalidad”, donde me encuentro con el hermoso rostro que ha presidido este Diario en los meses de julio-agosto, que pese a la antigüedad del retrato muestra a una mujer en toda su especificidad e individualización (Retrato de mujer).
Retrato de mujer, témpera y encaústica sobre madera de tilo", c. 100-120, Saqqara (Egipto),@Trustees of the British Museum:
Esta imagen que pese a su antiguedad, me parece clara como una fotografía, con unos rasgos que hacen única a esta mujera, se diferentcia de la muestra de otras imágenes hieráticas tomadas aqeulla misma época histórica, es decir, de imágenes de seres que no muestran ninguna emoción o detalles específicos de su fisonomia, como por ejemplo la correspondiente a una estatua de un funcionario egipcio sentado: en su entera figura, y no sus rasgos faciales que no están elaborados, lo que desprende serenidad en relación a su rol en la sociedad, como significado de lo que pretende su figura, la voluntad de que en su visión se vea poder. No ocurre así en la mujer, en ella no veo poder, tal vez una muestra de su importancia social y su curiosidad por el sentido de la vida a través de esos ojos.
En esta sección, se encuentra también un apartado titulado “Carácter e identidad al descubierto”, donde apunto en mi agenda lo que se expresa en la información que facilita la exposición de que los retratos no solo muestran el aspecto de una persona sino que también nos hablan de su identidad. Aquí me detengo en la fotografia realizada por Laura Boushnak: "Rompiendo barreras: Yo Leo Yo Escribo, Palestina 1976 (2011)". Me conmueve ver un local destartalado que hace funciones de escuela, a la que acuden chicas y mujeres, y en cuyas paredes carcomidas aparecen escritos diversas frases en arabe que nos resultan incomprensibles. Solo lo es ver la voluntad de las mujeres de aprender cualquiera que sean sus circunstancias, por eso no nos extraña a los que vemos la obra cuando leemos la traducción de lo que está grafiteado en esas paredes del aula: “Quiero aprender a leer y escribir para entender la vida. Mi sueño es instruirme".
En la sección “Belleza ideal” me llama la atención la imagen de Christopher Williams “Untitled (Study in Yellow and Red/Berlin)” ( Dirk Sharper Studio, Berlin, June 21st 2007 (No. 2),2008).
Se recoge la figura de una mujer de piel blanquísima y rubia, con lenceria blanca también, hacen que mi primer pensamiento me lleve a pensar que es una Modelo (por tanto, elegida para mostrar belleza femenina),pero el detalle de la mirada me descubre que la imagen de belleza que buscamos tal vez sea falsa, o dicho de otra manera, esconda un trasfondo que en absoluto es bello. Ver las pinzas que recogen su sosten para que no se caiga, o los pies que parecen sucios, hacen que ni el cuerpo ni la ropa interior puedan considerarse bellos. Tal vez las imágenes que nos pasan constantamente no nos hagan ver esos detalles y consideremos bello lo que no es, o tal vez, lo que nos muestran como bello pueda estar contaminado por una realidad oscura, lo cual, de saberlo, haría que nuestra mirada no reparara ya en la belleza que se pretende mostrar.
En la sección El Cuerpo Divino, me insprira la escultura del Buda Sentado de Gandhara, s. II-III. Una imagen de paz, en la que la figura enlaza sus manos en comunión con su pecho, lo cual, reflexiono con el grupo con el que voy que simboliza la imagen de enseñanza. Algo nuevo para mi ya que no sabía de ese símbolo. Entiendo que conforme a la doctrina budista, el gesto de enseñanza está constituido por una mano cerrada en forma de puño, y la otra, situada en la parte baja del puño, parece que coge algo de dentro de éste, ambas frente al pecho. Me llama la atención esta imagen simbólica, en la que parece que una mano intente contener el espiritu interior y la otra intente sacarlo de forma delicada para ofrecerlo.
Finalmente, quisiera comentar que e la sección El Cuerpo Transformado me llama la atención la figura de una Máscara de teatro japonés. Representa la figura del demonio, ya que así se representa con los cuernos, los ojos salidos, a mandíbula prominente y la inmensa boca dispuesta a devorar la belleza de las personas; pero sobre todo me fijo en sus cejas, que consiguen enmarcar la mirada y la fisonomia de la máscara, ja que gracias a ellas veo la tristeza y el sufrimiento. La ira, la violencia, la destrucción de la vida, esconde mucho sufrimiento y tortura interior de aquél a que dichas pasiones somete.
Acabo la exposición y me pregunto que es la belleza. Puede ser que sea algo falso por si mismo, o puede ser que si es real, sea en todo caso caduca, o también puede ser que es mejor buscarla que destruirla, ya que éste último hecho implica convertirnos en demonios, pero sea lo que sea, me pregunto como podemos identificarla y como podemos mostrarla. Con esa pregunta me quedo, aunque tengo la sensación que sin saber definirla que muchas de las imágenes que he visto me la han mostrado, sea cual sea el objetivo que perseguían y sea cual sea la sociedad en las que fueron realizadas.