20/09/2021

Las ideas que me inspira la exposición: “Felix Gonzalez-Torres. Política de relación”.

Las ideas que me inspira la exposición: “Felix Gonzalez-Torres. Política de relación”.

El objeto de esta entrada es comentar las reflexiones que me ha inspirado la visita a la Exposición “Felix Gonzalez-Torres. Política de relación”, que ha tenido lugar este año en el Museu d’Art Contemporani de Barcelona (MACBA) del 26 de marzo al 12 de septiembre.

Si la trasladan a vuestra ciudad o a un lugar cercano, por poco que podáis os recomiendo su visita. Las creaciones de este artista contemporáneo son visuales y conceptuales, buscando la reflexión del asistente sobre lo que ve. Lo que vais a encontrar al leer esta entada es mi descubrimiento de un creador profundamente humanista, que antes de su muerte a mediados de la década de los noventa del siglo pasado, supo detectar una continuidad histórica en los problemas que afectan a la esencia y espirítu de nuestras sociedades (como por ejemplo, el autoritarismo o las migraciones).

Visité esta exposición “Felix Gonzalez-Torres. Política de relación” pocos días antes de su clausura con la ayuda inestimable de una agente de arte francesa, la Sra. Véronique Michel, que ofrece servicios de guía cultural en francés sobre exposiciones u otros eventos artísticos en la ciudad de Barcelona. Desde luego, recomiendo sus servicios para tener un buen conocimiento de las exposiciones temporales que puedan instalarse en Barcelona, a mi, desde luego, sus aportaciones han sido claves para comprender esta exposición de Felix Gonzales-Torres. Muchas de las ideas que voy a exponer aquí derivan de mi conversación con ella mientras veíamos la muestra de Gonzalez-Torres y las ideas que nos inspiraba. Espero que tengáis la oportunidad de visitar esta exposición si va a vuestra ciudad, o a un museo o centro cercano. Vale la pena integrarse en el mundo de este artista y reflexionar sobre lo que nos quiere decir.

Como dice el prospecto de la exposición, parte del cual podéis leer en el hipervínculo que he enlazado al título de la exposición, Felix González-Torres nació en Guaimaro, Cuba, en 1957, y falleció en Miami en 1996 debido a complicaciones derivadas del sida. Durante su vida, vivió en Madrid a partir de 1971, posteriormente marcho a Puerto Rico y a Nueva York, donde desarrolló su carrera como artista visual y conceptual. Añado que en mi breve acercamiento al autor antes de visitar la exposición, leí que además de marchar de Cuba, había sido homosexual (de hecho, su compañero, al que dedica una imagen específica en la exposición, murió antes que él por la misma causa),aunque ya avanzo al lector que si tiene la oportunidad de adentrase en esta exposición, mi guía cultural me avanzó, y acertó en función de lo que después vi, que el visitante no encontrará que el objeto de la muestra se centre en su partida de Cuba o a su homosexualidad, sino que su obra va más allá, es de carácter básicamente humano y global, de forma que cualquier persona, esté donde esté, y al margen de cual sea su orientación sexual, puede reflexionar e identificarse con lo que nos propone Gonzalez-Torres.

De interés es también lo que expresa en el boletín mencionado de que al ser una persona que se movió entre contextos e identidades diferentes, aborda en su obra la compleja codificación de identidad variable, de forma que empleo estrategias en su obra que subvertían categorizaciones como las descripciones marginalizantes de inmigrante, migrante o exiliado, e incluso el estereotipo de artista “hispano”, razón por la cual decidió suprimir las tildes de su nombre.

La exposición consta de 4 salas, cada una de ellas dedicada a una temática diferente: la primera examina las nociones de autoridad, juicio y memoria/amnesia; la segunda, explora las ideas de la pareja, el tacto o la relación física; la tercera se centra en temas como la emigración, el exilio o el viaje; y finalmente, la cuarta y última, examina las ideas de patriotismo, machismo y deseo homoerótico. En esta breve recensión me voy a centrar básicamente en la primera (el autoritarismo) y en la tercera (las migraciones),ya que fueron las que mas me impactaron, y que más tiempo de debate me llevaron con la guía que me comentaba la obra de Gonzalez-Torres.

Respecto a la sala sobre la idea del autoritarismo, cuando entré en ella mi mirada se dirigió directamente al gran mural en negro que la bordea, en el que está escrito con letras góticas: És només qüestió de temps (en castellano, “Es solo una cuestión de tiempo”).




Frente a ella, en posiciones distantes, dos pilas de cartulinas grandes, unas en rojo, otra en blanco. Cada una de ellas incorpora nombres históricos (algunos de ellos genocidas),así como frases como por ejempleo “How many times?, o ¿Por qué?, “No se recuerda”… En la pared opuesta al mural, un botiquín con un pequeño despertador, una posta de la obra de Goya “El pelele” y unas fotos de jóvenes neonazis en blanco y negro, y encima del botiquín los dos relojes que presiden esta entrada en mi Diario.


El conjunto de esta visión, sobre todo el omnipotente mural, apelo en mi conversación con la guía que me acompañaba a la sensación que nuestras democracias con muy frágiles, y que la regresión a fórmulas autoritarias o totalitarias pueden llegar en cualquier momento. Nuestra conversación sobre las ideas que nos inspiraba la estancia nos llevó discutir sobre la actualidad, donde en la supuesta fase final de la pandemia del Covid-19 que estamos viviendo, se realizan numerosas manifestaciones en el ámbito público y privado, como un fantasma que recorre Europa (y anteriormente EE.UU.),sobre la intromisión en la libertad de las medidas que se han tomado y se sigue haciendo para evitar la extensión de la epidemia o la vacunación de las personas. En nombre de la noción de libertad, se tilda a los Estados democráticos como “dictaduras” por adoptar medidas restrictivas respecto al acceso a lugares públicos, la necesidad de presentar documentación acreditativa de estar vacunado para la movilidad o para acceder a determinados establecimientos, o finalmente, en el ámbito del ocio, para incumplir reglamentaciones que impiden la realización de fiestas colectivas. A mi modo de ver, esta apelación a la libertad no es correcta: para empezar, esas apelaciones a una supuesta libertad, a la que dotan de un sentido estrictamente individual y sin límites en su ejercicio, no tienen en cuenta el sentido que históricamente se ha dado al concepto de libertad, desde hace sobre todo tres siglos, es decir, desde el momento de las revoluciones americana y francesa que tanto han influido en nuestro sistema actual de vida. Conforme a aquellas, la libertad es sobre todo de carácter colectivo, de un derecho fundamental de todos a decidir a través de nuestros representantes políticos el destino de nuestra sociedad, y a controlar naturalmente que esas decisiones democráticas corresponden a lo querido por el pueblo. En un sistema democrático como el nuestro pese a sus defectos, de carácter social, por tener por objetivo la provisión de prestaciones de bienestar para sus ciudadanos pese a los déficits que pueda haber, hablar de que vivimos en una dictadura por el establecimiento por el Estado democrático y de Derecho de unas reglas de convivencia y lucha contra la pandemia, lo que hace justamente es atacarlo, y de esa manera ir socavando su fortaleza para encaminarlo justamente hacia fórmulas autoritarias.

Tampoco con ello quiero soslayar los errores que desde los poderes públicos se pueden cometer, o la inestabilidad política que muchos agentes buscan continuamente. Esos son factores que también coadyuvan hacia tendencias de gobierno autoritarias (la figura de Goya del Pelele, así me lo hace pensar),y justamente por ello es necesario intentar adoptar políticas plenamente competentes, y disminuir la posibilidad de división social en la medida que se pueda. Considero, además, que siempre debe estar en la óptica de cualquier gobernante democrático la promoción de la memoria histórica, entendida aquí en sentido amplio, como el conocimiento de las tragedias que los totalitarismos han supuesto para la humanidad.

Abandonamos esta sala mirando los dos relojes acompasados. Como dice el prospecto de la exposicon, esta obra “Untitled (Perfect Lovers). De 1987-1990 supone una representación del amor gay al que se añade un significado adicional, ya que tras la victoria franquista, el huso horario español se alineó con el nazi-alemán, en lugar del que le correspondía por su zona geográfica. Desde luego, pensé en lo forzado de la decisión española, dictatorial y no democrática, de aceptar los parámetros horarios alemanes, también bajo un régimen genocida y militarista. Huso, que por cierto, aún se mantiene.

Como he dicho anteriormente, otra sala de la exposición que me llamó la atención fue la tercera, dedicada a las migraciones o el exilio. Lo primero que me impactó es el gran espacio que se abrió a la vista, resaltando pequeñas lagunas de caramelos o bombones azules, unos espejos en el suelo, a modo del mar que puede ser la vía para emprender un viaje, y a su lado un gran cortinaje trasparente y también azul claro que dividía la estancia. También llamó mi atención al entrar en la sala unas pilas de cuadernillos grises, que responden a la idea del autor titulada “Untitled (Passport II),que, conforme a lo que dice el prospecto de la muestra, aluden a las políticas de inmigración y documentación, al símbolo de la libertad básica, a la pertenencia y a una humanidad que a menudo se niega a inmigrantes y refugiados. Esos cuadernillos representan el cielo gris con sus nubes blanquecinas, surcadas por pájaros o aves, a veces en pequeños grupos, a veces solitarias.



En esa sala, y antes de cruzar la frontera representada por el cortinaje del que he hablado, me pare a ver una fotografía de un hombre jugando con un perro en un momento de alegría, por cierto justo ante una de las lagunas de bombones con envoltorio azul. Hablamos con mi guía que tal vez Gonzalez-Torres quería representar un momento de felicidad de quién fue su compañero, muerte antes que él por la misma enfermedad, además cerca de una pila de bombones, símbolo de la diversidad de los humanos.

También nos reflejamos en los espejos en el suelo a modo de mar, lo que interpreté que tal vez algún día a mi toque migrar, no me resistí con mi acompañante a cruzar el cortinaje y ver que nos deparaba la siguiente sala, y la imagen que vimos era inconfundible: tras el telón de ensueño, puede esconderse también un lugar sombrío. Las migraciones no siempre son el cumplimiento de los sueños de los migrantes, sino que les pueden conducir a situaciones de oscuridad en sus vidas. Al pensar esto me acorde de un libro que leí, las Tierras Arrasadas, de Emiliano Monge (que cite en este diario digital, en el apartado de citas de interés),donde ante las penalidades del camino del migrante, su fin podía ser horrible, un padre le decía a aquél que porqué no había pensado en quedarse en su tierra, allá donde están enterrados sus muertos (véase la cita accediendo a este enlace que hipervínculo).

Finalizo recomendado que si esta exposición va a vuestra ciudad vayáis a verla. A ser posible, acompañados, y así desahogar vuestros pensamientos con vuestro partenaire. Todo lo que os rodea, todo lo que veréis, hasta la cosa más insignificante, tiene un significado, como la vida misma. Yo solo he pretendido aportaros unas pocas ideas de las muchas que me despertaron su visita.

 
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