04/09/2018
"Nieve en los bolsillos". Comentario sobre el cómic de Kim.
Estos últimos días estamos recibiendo noticias provenientes de Alemania sobre el aumento de manifestaciones públicas xenófobas y racistas contra los migrantes (en particular, refugiados y solicitantes de asilo),que han accedido al país. Estas informaciones me han motivado a reseñar el cómic de Kim, publicado este mismo año, titulado “Alemania 1963. Nieve en los bolsillos” (Norma Editorial),cuyo argumento básico es la emigración española del siglo pasado hacia ese país en busca de trabajo, vista a través de los ojos de un joven estudiante de viaje por Europa (el propio autor),antes de hacer el servicio militar.
Vistas las noticias que nos llegan de Alemania, lo primero que quisiera resaltar tras leer el cómic es que los alemanes de a pie, los ciudadanos que se encontraban con los españoles mientras estos trabajaban, tenían un gran respeto y comportamiento cívico hacia éstos, lo que en muchas ocasiones ciertamente sorprendía a los trabajadores migrantes. Esto debería servir para recordar el gran esfuerzo que ha hecho la sociedad alemana desde la denominada como crisis de los refugiados de 2015, para aceptar a muchos de ellos en el país, sabiendo que una gran mayoría permanecerán ahí de forma estable.
Otro aspecto a reseñar, que desde luego podría resultar muy pedagógico para mis estudiantes universitarios, es que en aquella época no gozábamos del principio de la Unión Europea sobre la libre circulación de trabajadores, y, por tanto, ir a Alemania por cualquier motivo requería del correspondiente pasaporte y visado. Esto puede resultar interesante cuándo al leer el cómic, nos damos cuenta las importantes diferencias que para alguien que quisiese trabajar en Alemania suponía que le autorizasen a entrar por ese motivo, o bien le estampasen en el pasaporte el sello de turista, con las consiguientes implicaciones (negativas para el interesado en busca de empleo),que eso podía suponer.
Por el cómic van desfilando las experiencias del joven protagonista en Alemania que realiza varios trabajos en Alemania para poder subsistir, entre las que obviamente podemos visualizar supuestos de tráfico de mano de obra, de retención ilícita de pasaportes por parte de mediadores sin escrúpulos para chantajear a los trabajadores en su deseo de obtener un empleo, o los propios trabajos que deben realizar los españoles no queridos por los alemanes. Situaciones que, con las debidas adaptaciones, hoy también podríamos detectar entre los migrantes que están entre nosotros.
En todo caso, lo que se resalta es cómo ante los ojos de autor van desfilando diversos personajes españoles que han emigrado a aquél país, cuyos motivos para migran responden a la realidad de un país sin libertades, con un gran encorsetamiento social, cultural y educativo, que además, se encarga de utilizar sin miramientos y en su propio beneficio a esos mismos ciudadanos españoles y trabajadores que expulsa.
Esa realidad es vista y comprobada por el autor. De gran impacto tiene para mí la escena en la que el personaje principal del cómic, joven, estudiante y que puede permitirse con recursos mínimos un viaje a Europa, se encuentra en la plaza de una gran ciudad alemana ante la llegada masiva y en autobuses, de emigrantes españoles pobres y desorientados, cansados tras un gran viaje, frente a los cuales, pese a compartir nacionalidad y lengua, nuestro joven protagonista no se reconoce y prefiere pasar inadvertido.
No olvidemos que un día fuímos inmigrantes en busca de trabajo (y también de libertades en otros países),disponiendo de la nacionalidad de un país depauperado con un régimen dictatorial. Pero tampoco pasemos por alto nuestra realidad social actual, la de muchos chicos y chicas españoles emigrantes, hoy sobre todo con ciertos estudios, pero que también necesitan ganarse la vida en otros países. Hubo un día en que nosotros fuímos
Recomiendo encarecidamente este cómic.
Otro aspecto a reseñar, que desde luego podría resultar muy pedagógico para mis estudiantes universitarios, es que en aquella época no gozábamos del principio de la Unión Europea sobre la libre circulación de trabajadores, y, por tanto, ir a Alemania por cualquier motivo requería del correspondiente pasaporte y visado. Esto puede resultar interesante cuándo al leer el cómic, nos damos cuenta las importantes diferencias que para alguien que quisiese trabajar en Alemania suponía que le autorizasen a entrar por ese motivo, o bien le estampasen en el pasaporte el sello de turista, con las consiguientes implicaciones (negativas para el interesado en busca de empleo),que eso podía suponer.
Por el cómic van desfilando las experiencias del joven protagonista en Alemania que realiza varios trabajos en Alemania para poder subsistir, entre las que obviamente podemos visualizar supuestos de tráfico de mano de obra, de retención ilícita de pasaportes por parte de mediadores sin escrúpulos para chantajear a los trabajadores en su deseo de obtener un empleo, o los propios trabajos que deben realizar los españoles no queridos por los alemanes. Situaciones que, con las debidas adaptaciones, hoy también podríamos detectar entre los migrantes que están entre nosotros.
En todo caso, lo que se resalta es cómo ante los ojos de autor van desfilando diversos personajes españoles que han emigrado a aquél país, cuyos motivos para migran responden a la realidad de un país sin libertades, con un gran encorsetamiento social, cultural y educativo, que además, se encarga de utilizar sin miramientos y en su propio beneficio a esos mismos ciudadanos españoles y trabajadores que expulsa.
Esa realidad es vista y comprobada por el autor. De gran impacto tiene para mí la escena en la que el personaje principal del cómic, joven, estudiante y que puede permitirse con recursos mínimos un viaje a Europa, se encuentra en la plaza de una gran ciudad alemana ante la llegada masiva y en autobuses, de emigrantes españoles pobres y desorientados, cansados tras un gran viaje, frente a los cuales, pese a compartir nacionalidad y lengua, nuestro joven protagonista no se reconoce y prefiere pasar inadvertido.
No olvidemos que un día fuímos inmigrantes en busca de trabajo (y también de libertades en otros países),disponiendo de la nacionalidad de un país depauperado con un régimen dictatorial. Pero tampoco pasemos por alto nuestra realidad social actual, la de muchos chicos y chicas españoles emigrantes, hoy sobre todo con ciertos estudios, pero que también necesitan ganarse la vida en otros países. Hubo un día en que nosotros fuímos
Recomiendo encarecidamente este cómic.