Javier Melero: EL ENCARGO. Un abogado e el juicio del Procés (Editorial Ariel, 2019).
“Contrariamente a lo que muchos piensan, los abogados no somos una casta de charlatanes escépticos y rapaces, sino, por regla general, profesionales honradamente concernidos en obtener los mejores resultados para nuestros clientes. Nuestro papel ha sido muy discutido históricamente, y hemos sido objeto de una cierta persecución. En el Enrique IV de Shakespeare, un personaje define sus prioridades para un programa de gobierno de esta guisa: «Lo primero que debemos hacer es matar a todos los abogados…». Durante los primeros años de la Revolución francesa, y durante la Revolución soviética, fueron considerados personas sin oficio y, por tanto, obligados a los más duros trabajos. Ahora, lo peor que nos amenaza es la proletarización de la profesión, su irrelevancia para jueces, fiscales y policías, y los chistes del Newyorker («Era un día tan frío que hasta los abogados tenían las manos en sus propios bolsillos»)”